Como parte de las actividades del Laboratorio de Conocimiento: «Identidades estratégicas y crisis en América Latina. Procesos y tensiones«, del Centro de Estudios Latinoamericanos Avanzados, se realiza del 11 al 13 de diciembre, el conversatorio «Identidades, saberes y epistemologías culturales y estéticas en el Antropoceno: Geopolíticas del agua en Nuestra América Afro-Abya Yala».

En el evento efectuado en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), Claudia Tomadoni, de la Friedrich-Schiller-Universität Jena, de Alemania, comentó que «el agua necesita su defensa y conocer cómo se plantean los conflictos que se hacen geopolíticos”.

Enfatizó que ya existen conceptos conflictivos como el Antropoceno, que atribuye la responsabilidad a todos los seres humanos.

“Es un problema sistémico; todo esto contra el neoextractivismo, la ola capitalista y neoliberal que aterriza en el capitaloceno, y su discusión también es relevante”.

Fotos: Abraham Aréchiga

En su intervención, Mario López Ramírez, investigador del Centro Interdisciplinario para la Vinculación y la Formación Social (CIFOVIS), del ITESO apuntó que “la mirada clásica del agua tiene un elemento de diferenciación social, cuyo programa es mimetizar el agua en objetos como presas, es decir, la reducción técnica, sin advertir los problemas de la fuente de abastecimiento como ríos, lagos, agua subterránea, nubes, humedad”.

El también profesor de ciencia política en la UdeG señaló que esta visión genera una geopolítica en al que sólo los expertos pueden participar y las comunidades o usuarios quedan descartados, aunque su participación informada ha hecho la diferencia, como en el caso de la presa El Zapotillo.

“El otro lado es lo que aborda la geopolítica compleja, que pone énfasis en el vínculo con los elementos; un ciclo integrado, los territorios y su relación con la tierra, y el vínculo territorial que genera el círculo humedad-lluvia-ecosistemas para integrar el territorio y la participación social. Y esto implica desarticular el control con una ciudadanía informada”, subrayó.

Para López Ramírez la vinculación académica con expresiones sociales como el cuidado de la madre Tierra y la Pachamama que, aunque se respetan como diversidad cultural, son conceptos insuficientes para los científicos, para lo cual propuso una vinculación transdisciplinar para dialogar a través de la ciencia con la comunidad.

“Una salida es la transdisciplina y el conocimiento a fondo de prácticas concretas como la gestión del agua y la milpa o chinampas, que son técnicas comunitarias; una práctica en la cual hay un diálogo con la ciencia”, apuntó.

Por su parte, Alicia Torres Rodríguez, investigadora del Departamento de Estudios Socio-Urbanos, del CUCSH, destacó que en la gestión del agua se deben considerar a todos los actores y todos los conocimientos.

“Es relevante el intercambio de los conocimientos de los usuarios de manera colectiva sobre un bien común como el agua, que genera despojos y debemos garantizar que sea para todos”, expuso especialista sobre la cuenca Lerma-Chapala-Santiago.

Dijo que la opinión de los expertos debe marcar una agenda más allá de los intereses políticos y mediáticos. “Sólo aparecemos en los días festivos y damos respuestas no a lo esencial, sino a lo banal y superfluo, son las respuestas a los medios, y no a la agenda del agua. Y no nos cuestionamos porque, aunque surgen otras preguntas, nos metemos en el carril político”, denunció Torres Rodríguez.

Ella propuso revertir procesos marcados por lo político, salir y proponer una agenda propia y procurar una gobernanza participativa.

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