It’s not on paper that you create but, in your innards,
in the gut and out of living tissue— organic writing I call it.
Gloria Anzaldúa
En mayo de este año (2024) se cumplirán veinte años de la muerte de Gloria Anzaldúa. Para quienes no la conocen -porque no la han leído-, presentaré algunas ideas en torno de esta autora polígrafa, chicana, activista, amiga y solidaria de diversas causas sociales.
Los textos de Gloria los conocí de manera indirecta, primero, cuando me interesé en explorar la literatura chicana, hace algunos lustros. Tiempo después, me decidí en conocer más en torno a la escritura de esta autora, quien nació el 26 de septiembre de 1942, en Raymondville, Texas, y murió el 15 de mayo de 2004.
En la nota final que acompaña -como paratexto- la tercera edición de Borderlands / La Frontera: The New Mestiza (1987), leemos lo siguiente: “Ella [Gloria Anzaldúa] había ya concluido su disertación cuando murió el 15 de mayo del 2004, debido a ciertas complicaciones procedentes de su diabetes. Su título doctoral lo obtuvo póstumamente, en junio del 2004”.
Intencionalmente he propuesto como epígrafe de este trabajo una idea fundamental para comprender la escritura de Gloria Anzaldúa y, también, para entender por qué tardó tanto tiempo en terminar su tesis doctoral. En traducción libre, el epígrafe dice: No es en el papel donde escribes, sino en tus entrañas, en las tripas y en el tejido vivo, es a esto a lo que llamo la escritura orgánica.
Sólo alguien que vive la escritura desde sus entrañas podría tardarse tanto tiempo para crear una tesis doctoral, por cuanto que todo trabajo académico, más que ser producto de una escritura visceral, es producto de una concatenación y de una com-posición con ideas atraídas de diversos campos disciplinarios; se trata de una escritura -la académica- producto más del pensamiento sistémico que del cuerpo vivo de quien, por sobre la formulación de ideas dominantes en diferentes campos de estudio, siente la fuerza que conlleva la sustancial semántica de las palabras.
Asimismo, hay otra poderosa idea que Anzaldúa ofrece en torno a su trabajo de escritora; que dice: “Como un chamán, transmitimos información, desde nuestra conciencia, hacia el cuerpo físico del otro”.
El poder de las palabras en Gloria conlleva un poder ancestral: cuerpo de la palabra exhumada, invocada, convocada, envuelta con los rituales de la ceremonia chamánica. Fuerzas de lo simbólico. Síntesis plena de intenciones. Arrebato. Desplazamiento. Palabra para el cambio. Trans-misión de energías trans-formadoras. Alteridad. Anagnórisis.
Una de las más diligentes estudiosas del trabajo académico y de creación de Gloria Anzaldúa es Ana Louise Keating, quien, en el libro The Gloria Anzaldúa Reader, expresa de manera sintética todo el valor que encierra la obra de dicha autora, al decir: “Sus posturas se encuentran en los umbrales -simultáneamente en el adentro y el afuera- y con ellas establece puntos de conexión con las personas de origen diverso”.
En la escritura de Gloria hay que observar con mucha atención y sensibilidad cómo ella vivía las fuerzas del adentro y del afuera, toda vez que se sabía existiendo en los umbrales fronterizos donde era posible experimentar el Nepantla, esto es, el antropológico y político entre-lugar, cuyo origen perceptual y conceptual data desde los inicios de la evangelización cristiana en tierras del mundo azteca. Es precisamente aquí, en el Nepantla, donde se experimenta un poderoso y atrayente umbral por donde Gloria Anzaldúa actúa, donde los mundos territoriales son cruzados, atravesados y vividos en un estado de conciencia inestable, al grado de alcanzar -por momentos- éxtasis de pasión intensa, momentos que preceden a una comprensión irracional del ser humano en su totalidad.
En relación con esto último, hay que ver en Gloria Anzaldúa la diversidad de lo complejo, donde lo complejo son todas esas fronteras en que ella se sitúa y se observa a sí misma. No ignora que forma parte de una raza (“La Raza”), y que es en la raza desde donde emerge la conciencia política y cultural del llamado “movimiento chicano”. Luego vienen las otras maneras de diferenciación, que no necesariamente corresponden -única y exclusivamente- a la conciencia de-ser-chicana.
En una de las tantas respuestas que dio a la cuestión que en ella estaba presente: “¿Qué soy?”, es posible observar cómo las diferencias sociohistóricas y transculturales que había en Gloria fueron asimiladas mediante la hibridación; una hibridación que le ayudó a alcanzar la sensación plena de saberse mestiza, o mejor, de concebirse como la “New Mestiza”. Es por esto que Anzaldúa se asume como “Una lesbiana y feminista del Tercer Mundo, con inclinaciones místicas y marxistas” (A third world lesbian feminist with Marxist and mystic leanings); en consecuencia, lo que los otros hubieran dicho respecto de lo que ella era o significaba cultural y políticamente, no estaba en ella aceptarlo ni rebatirlo, porque para ella su ser no podía ser el de alguien distribuido (troceado) según distintas etiquetas sociológicas, sino que ella se sabía y se asumía como un ser social y culturalmente integrado por un “nuevo mestizaje”, y éste, en función de las múltiples diferencias y de las diversas referencias comprendidas en los campos de estudio y de acción -activismos- múltiples.
En pocas palabras, Gloria Anzaldúa vivía con las muchas fuerzas sociohistóricas y transculturales que la habitaban.
Algunas de las teorías que estuvieron presentes en las palabras y en las acciones de Gloria Anzaldúa provenían del pensamiento filosófico: ya como teorías marxistas o como teorías existencialistas, como teorías postestructuralistas o como teorías deconstructivistas. Y desde luego, también estuvieron presentes las teorías provenientes de la historiografía, la antropología, las mitologías azteca e hindú, las cuales, a su vez, fueron mezcladas para hacer composiciones de escritura biográfica y autobiográfica –“autohistorias”, las llamaba ella-, cuyo principal sentido era entretejer -escrituralmente- con los signos de vida experimentados desde lo más hondo del “inconsciente colectivo” -aprehendido en los libros de Carl Gustav Jung.
Asimismo, todo el bagaje teórico en el que se apoyaba Gloria Anzaldúa para conducir sus propuestas académicas, políticas y culturales, estaba permeado por teorías queer, de género y de feminismos “de color”: en contraposición a feminismos “blancos”.
En suma, a partir de que fuera publicado por primera vez -en 1987- el libro de Gloria Anzaldúa: The Borderlands / La Frontera. The New Mestiza, el mundo académico norteamericano reaccionó, dentro de los “Border Studies”, y tuvo que animarse a ver y ponderar todo lo que subyacía históricamente en la cultura chicana.