Homenajean a Arturo Xavier González, gran músico versátil de Jalisco

Amigos recordaron la vida y obra del artista jalisciense en su 40 aniversario luctuoso, en una ceremonia realizada en el Paraninfo Enrique Díaz de León

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Foto: Iván Lara González

Han pasado 40 años desde que Arturo Xavier Gonzalez (1923-1981) partió de este mundo, tras legar una enseñanza que se sigue recordando en la Escuela de Música de la Universidad de Guadalajara (UdeG) y dejar recuerdos como el de ser un gran artista que dominó todo tipo de géneros musicales.

La gran sonoridad de su violonchelo, que inundaba los espacios donde él tocaba, se volvió a escuchar –y sentir– en el Paraninfo Enrique Díaz de León, ayer miércoles, antes del inicio del homenaje a este artista originario de Tequila (o Amatitán), Jalisco, realizado por Radio UdeG y transmitido por redes sociales.

“El Güero”, como lo conocían sus amigos y alumnos, fue recordado durante su aniversario luctuoso por parte de quienes buscan que más personas conozcan los momentos que lo convirtieron en uno de los músicos más relevantes y versátiles de Jalisco.

Donde hay música no hay cosa mala

El escritor Juan José Doñán lo calificó como “una suerte de rockstar” con gran apego a Guadalajara y su gente; también como “alguien tan versátil que incursionó en ámbitos tan distintos de las expresiones musicales y de manera brillante y destacada”.

Durante su intervención en esta ceremonia, Doñán leyó parte del capítulo “Arturo Xavier González, músico a todo terreno”, de su próximo libro Donde hay música no hay cosa mala, que trata de música y músicos de Jalisco y México.

“El solfeo en interpretación de instrumentos lo aprendió de Abelino González y Eloísa Santana, padres y primeros mentores de un niño pelirrojo de mirada inquisitiva y con dotes artísticas”, rememoró.

Su instrumento se volvió suyo después de que la familia González Santana “decidió llevar un día a la semana a clases de violoncello con el maestro Ignacio Camarena, quien tenía gran reputación en violín, viola, chelo y contrabajo”, describió Doñán.

Foto: Iván Lara González

De Guadalajara a México y de vuelta

“Cuando era adolescente, a los 15 años, ocupó el puesto de primer violonchelo en la Orquesta Sinfónica Tapatía. Luego se aventuró en la Ciudad de México, donde se relaciona con aquel mundillo y tomó clases con Manuel M. Ponce y Manuel Bernal Jiménez. También formó parte del Cuarteto Lener”, contó.

Tras estrechar lazos con artistas de la música romántica, big bands y otras agrupaciones y orquestas bohemias de la vida nocturna capitalina regresó a Guadalajara.

“Entre las poquísimas grabaciones profesionales de este violonchelista es la que le hizo Tufic Marón en el estudio de su casa en Guadalajara, cuando el anfitrión lo convenció a él y a Vicente Garrido, Carlos Gómez Barrera, Armando Manzanero, Gabriel Ruiz y más”, recalcó Doñán.

En 1953 el gobernador de Jalisco Agustín Yáñez nombró a Arturo Xavier González como director de la Banda Sinfónica de Jalisco, cargo que ostentó hasta 1981.

Un músico ecléctico y cercano a la gente

Ahí se le recuerda como un músico cercano a la gente, como cuando durante las serenatas en la Plaza de Armas de Guadalajara, “El Güero” subía a las niñas y niños para ponerlos a dirigir la orquesta.

“Fue chelo principal y solista de la Sinfónica Tapatía, fue integrante del cuarteto de Cuerdas de la UdeG, como maestro de cuerdas y violonchelo en la Escuela de Música, chelista que hacía mancuerna con Leonor Montijo, también manager y director de la Orquesta de Baile que llevaba su nombre y también como invitado frecuente para tocar en otras ciudades”.

“Él dominaba la música barroca, clásica y moderna, tenía muy bien puesto los compositores rusos y franceses y como solista estaba familiarizado en los grandes conciertos de orquesta”, enumeró.

Fueron muchas las anécdotas que fueron forjando la grandeza del músico, quien se recuerda por su oído afinado y su capacidad analítica excepcional, que lo llevaron a estar en escenarios internacionales como director de orquesta y chelista.

Foto: Iván Lara González

Un merecido homenaje

Felipe Gutiérrez, quien fue su estudiante, dijo que el sonido del maestro era “grande y generoso». “Sus manos eran robustas, pero no grandes ni largas, tocaba de manera muy relajada y obtenía la sonoridad gracias a su fuerza física”, externó.

Manuel Cerda, que por años fue miembro de la Orquesta de Baile, dijo que “no se le ha hecho un homenaje como se merece”.

Vivimos en un país y ciudad cruel que no reconoce a su propia gente. Yo creo que estamos aquí para contrarrestar esa crueldad. Él le dio más a la ciudad de lo que la ciudad le dio a él”, dijo la subdirectora de Radio UdeG Guadalajara, Julieta Marón, quien moderó el homenaje.

“Cuando éramos niños, nos llevaba a jugar papalotes, comíamos pizzas en una fuente, nos llevaba en su convertible; no era nada solemne”, y recordó que se ha buscado que se le reconozca al maestro Arturo Xavier González como jalisciense ilustre.

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