Especialista señala que si es detectado oportunamente y no está roto, se puede tratar con un 95 por ciento de efectividad de manera que prácticamente todos los pacientes pueden seguir con su vida normal
Uno de cada 50 personas en el mundo, es decir entre 2 y 3 por ciento de la población, puede tener un aneurisma cerebral y, en promedio, cada 18 minutos ocurre una ruptura de un aneurisma que puede traer consecuencias fatales, afirmó Oscar Gutiérrez Ávila, médico del departamento de Neurocirugía del Hospital Civil de Guadalajara “Fray Antonio Alcalde”.
El neurocirujano, especializado en cirugías cerebrovasculares y base de cráneo, explicó que esta enfermedad es una especie de área débil o abultada en una arteria del cerebro -similar a un globo delgado- que tiende a romperse con la presión del flujo, en este caso, de la sangre.
Cuando el aneurisma se rompe ocurre una hemorragia que inunda el cerebro y, si no es atendida a tiempo, puede provocar la muerte debido a la inflamación cerebral.
Aunque la ruptura de esta parte delgada de las arterias cerebrales está asociada a factores como la hipertensión arterial, el tabaquismo, la edad entre los 35 y 60 años, también ocurre en la infancia y en la etapa de la vejez.
Gutiérrez Ávila señaló que de cada 10 pacientes que llegan al servicio de Neurología en el Hospital Civil, ocho lo hacen con un aneurisma roto, que se traduce pues en una hemorragia cerebral y los dos restantes llegan a consulta con malestares y con la posibilidad de ser diagnosticados a tiempo y evitar que la arteria se rompa.
El Hospital Civil de Guadalajara cuenta con tratamientos eficaces y de alta tecnología para evitar que el aneurisma se convierta en hemorragia. Una de ellas es la cirugía de mínima invasión y la terapia endovascular.
“La terapia endovascular es por medio de un cateterismo, quiere decir que accedemos por adentro de las arterias con microguías o catéteres y tapamos por dentro el aneurisma, también tenemos la cirugía de mínima invasión o la microcirugía en la que utilizamos microscopios de alta gama», explicó.
La microcirugía es considerada como un tratamiento definitivo, en el caso de la terapia endovascular tiene ventajas como que la tasa de recuperación es un poco más rápida, aunque hay algunos factores que la limitan, por ejemplo el que en los pacientes más jóvenes en ocasiones no se alcanza a cerrar completamente el aneurisma o tarda meses.
“Cuando el aneurisma es detectado oportunamente y no está roto, se puede tratar y cualquiera de los dos tratamientos tiene una efectividad de más de 95 por ciento, prácticamente todos los pacientes tienen una recuperación rápida y siguen con su vida normal, aunque con consultas de seguimiento cada dos o tres años”, recalcó.
El Hospital Civil de Guadalajara “Fray Antonio Alcalde” realiza cada año entre 40 a 80 cirugías de aneurismas, en la mayoría de los casos, cuando éste ya se ha roto.