Muchas personas deciden aislarse del ruido ambiental con el uso de audífonos. Sin embargo, esta práctica puede ser perjudicial si no se regula el volumen y el tiempo de uso, advirtió Marta Georgina Orozco Medina, profesora investigadora del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA).
La exposición a sonidos altos mediante el uso audífonos durante un periodo prolongado puede ser tan dañino tanto como la exposición al ruido ambiental, que puede provocar pérdida auditiva inducida por tinnitus, hiperacusia y daño auditivo por sonidos repentinos. Además de consecuencias como estrés, ansiedad, trastornos del sueño, problemas cardiovasculares y dificultades cognitivas.
La especialista adscrita al Instituto Medio Ambiente y Comunidades Humanas resaltó que los grupos más vulnerables al ruido ambiental son los menores de un año, personas enfermas o en recuperación de su estado de salud y trabajadores en la industria.
Por lo que para mitigar estos riesgos se recomienda a quienes utilicen audífonos practicar la «regla del 60X60», la cual especifica no superar el 60 por ciento del volumen máximo de sus dispositivos y limitar su uso a 60 minutos al día.
Enrique Ortiz, médico otorrinolaringólogo del Hospital Civil de Guadalajara, y Orozco Medina coincidieron en que hay medidas que la población puede adoptar para reducir los efectos del ruido, como es evitar la exposición prolongada a sonidos intensos, no superar los 85 decibeles en un máximo de 8 horas al día; en caso de asistir a conciertos, no ubicarse cerca de bocinas. Pueden utilizar tapones para oídos que sean cómodos y durables.
Orozco Medina invita a las personas a ser «acústicamente solidarias» evitando generar ruido innecesario que afecte a los demás, a uno mismo y al ambiente.