Humoristas gráficos charlan sobre la envirulada caricatura, en la envirulada virtualidad

Inicia Encuentro Internacional de Caricatura e Historieta 2020 en la FIL 34

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Ya sabemos que el coronavirus le pegó a todo el mundo, y las y los dibujantes de humor gráfico también se las han visto difíciles en el último año, tanto en sus procesos creativos, como en sus andadas por las redes sociales, donde los ánimos se ponen virulentos.

Sobre esto hablaron en la mesa “La envirulada caricatura”, como parte del Encuentro Internacional de Caricatura e Historia 2020 (EICH), que organiza el Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), durante la edición 34 de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL)

Para Chavo del Toro las cosas se pusieron difíciles. “Como caricaturista, me discipliné, y fueron saliendo cosas. Me siento contento con mi trabajo; pero hace unos meses me dio un ataque de ansiedad que nunca antes me había sucedido; estaba sufriendo el confinamiento y me reventó”, dijo.

Explicó que la pandemia ha logrado desnudar a los políticos, quienes han demostrado que son igual de “jijos de la canción” que otros tiranos de la historia. “La pandemia los encueró frente a nosotros y ahí, como caricaturista, uno dice ‘Ah’”.

Pero también ha encontrado cómo la gente o los bots se han volcado contra las caricaturas que hace.

En cuanto a Ricardo Cucamonga, “de estar produciendo mucho hubo una sequedad total, fue un desierto. Pero, más que nada, estoy preocupado por la falta de humor en el mundo, cómo le pegan los fundamentalismos. Adicionalmente a la pandemia, veo una renuencia de aceptar las posibilidades del humor mismo en las redes sociales”, declaró.

Apuntó a la serie de cancelaciones y linchamientos mediáticos que se perpetran con odio en redes sociales. “Ese es el gran problema para el humor y los humoristas, que la gente se va contra los creadores y no contra los gobernantes (de izquierda, de derecha)”.

María Guadarrama recordó la lógica de los algoritmos de las redes sociales, que buscan que los usuarios mantengan esta dinámica de fomentar la interacción por el interés tecnológico.

“Desde que inició la pandemia hubo un estrés del Internet. En cuanto declaraban cuarentena al día siguiente había un montón de likes, la gente compraba más en línea; las redes sociales se convirtieron en un mercado enorme”, explicó.

Indicó que en el documental de The social dilemma (que se puede ver en Netflix) explican cómo las empresas de redes sociales fomentan cierta inercia para que los mismos usuarios ataquen a otro por publicar algo con lo que se está en desacuerdo.

“Sientes que esa persona está atacando tu identidad y enseguida atacas y cancelas. (Durante la pandemia) me encontré atacada como creadora, y también me encontré atacando en esta constante redefinición de lo que soy”, explicó.

Sin embargo, se dijo favorecida como caricaturista en el entorno virtual. “Siento que mi voz es más fuerte por redes sociales”, aunque ahora se requiere más humanización, consideró.

Ángel Boligán externó que pese a que los dibujantes pasan tiempo confinados, no era para tanto con lo que ha ocurrido.

“Sí llega el momento que cae la ansiedad del confinamiento, de no dormir bien; pero a la vez veo una gran oportunidad para hacer una crónica gráfica de lo que ha pasado, y no sólo he buscado en las noticias, redes y periódicos; me he puesto a dibujar lo que vive mi familia y amigos, a verlo desde otro ángulo”, dijo.

Darío Castillejos aseguró que volvió a la convivencia básica con sus seres cercanos y reconoció que al estar en redes sociales “la pantalla despierta esos sentidos más primitivos, y la gente se valentona e insulta con una facilidad increíble”.

Destacó que así como se ha exigido que la televisión, los diarios y la radio sean medios éticos, también se debe de hacer con las redes sociales. “He visto miles de reclamos a Twitter para que se regulen ciertas cosas y no hacen caso”, subrayó.

Gonzalo Rocha refirió que “uno como caricaturista no debería darle tanto peso a las peleas y ataques en redes sociales” por los trabajos que se presentan.

Remitió a Julio Scherer, cuando decía que Rogelio Naranjo “era hombre de batallas solitarias, y muchos de las y los caricaturistas somos eso, porque todos los días nos echamos una batalla al hacer un cartón, que lleva horas de concentración y preparación; es un producto que no nos sale en espontáneo, sino que requiere trabajo y lo hacemos de la mejor manera, lo cuidamos todo y se publica”.

“Entonces, por qué estar tan al tanto de lo que opina la gente en el Twitter; digo, a mí no me importa, esto (la caricatura) es lo mejor que yo puedo hacer, si no gusta, pues que no le den like o que digan lo que quieran”, argumentó.

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