Yo ya puse a disposición del INFONAVIT el dinero que me pide, no lo tomó, entonces, ¿qué quiere?”, se pregunta el señor Daniel Zepeda, después de cuatro años de litigio con esta institución que aún no se resuelve y le ha costado hasta ahora 20 mil pesos, entre actas notariales y procedimientos judiciales. Todo por 900 pesos.
El asunto empezó en 2006, cuando solicitó una reestructuración de su crédito, debido a que no había podido cubrir siete mensualidades. En el convenio de actualización que subscribió se establecía el nuevo monto a pagar. “Acudí en el mes de mayo, y en el contrato se dice que el primero de este mes se capitaliza mi deuda, calculándome los intereses, por lo que se entiende que también me van a capitalizar todo mayo”.
En este se indica, además, que el acreditado tenía que empezar a pagar a partir de que recibiera el inicial estado de cuenta generado por la reestructuración, mismo que le llegó en el mes de julio. Sin embargo, “para evitar problemas”, Zepeda pagó su primera mensualidad el 8 de junio.
A pesar de esto, y de que desde el primer estado de cuenta que recibió se indica que está al corriente con su pago, a partir de enero de 2007 y hasta la fecha diferentes despachos de cobranza externos lo están acosando para que pague un mes vencido, amenazándole de que en caso contrario le van a quitar su casa y su patrimonio. “Por un lado, a través de comunicación oficial, me felicitan porque estoy al corriente, y por otro me mandan a estos cobradores, que me molestan los 365 días del año, a partir de las seis de la mañana y en el orden de 14 llamadas diarias”.
Inclusive recibió un sinfín de avisos por parte de esos despachos, los que, según explicó el entrevistado, están repletos de irregularidades ya que vienen sin fecha, sin línea de captura para el pago, en algunos casos sin el nombre del despacho, e inclusive donde no se especifica ni el monto a pagar, ni cuál es el mes vencido que le reclaman. Además, en el contrato se establece que los procedimientos de cobranza judiciales iniciarían después de tres mensualidades vencidas.
Frente a sus inconformidades por esta situación, que presentó con documentos al INFONAVIT, “me contestaron informalmente mediante un correo electrónico sin membrete y de un funcionario equis, notificándome que debía 887 pesos —que ahora se convirtieron en 992— por el mes de mayo de 2006”. Por el mismo medio también le aseguraban que “ellos no asignan más de una cobranza por acreditado, en cambio yo puedo demostrar que a mí me cobran actualmente cinco despachos diferentes”.
Harto por esta situación, Zepeda el mes pasado inició una acción legal en el Juzgado Primero de Distrito en Materia Civil del Estado de Jalisco, donde, bajo protesta, entregó un billete de depósito con la suma requerida por el INFONAVIT, al que se notificó, hace dos semanas, que tenía que recogerlo en el termino de tres días. Sin embargo, la institución no aceptó el dinero.
“Entonces, ¿qué quieren? Pues prefieren seguir pagando 10 mil pesos a cuatro despachos de abogados para cobrarme 900 pesos, que resolver la situación ellos. Yo creo que aquí pisé muchos callos, porque el anterior director de Cobranza en Jalisco, Raúl Velazco, cuando perdió el puesto por malos manejos, lo premiaron con la titularidad de un despacho de cobranza que trabaja por el INFONAVIT. Finalmente lo que quieren es hacer negocio con estos despachos, y apropiarse de las casas de quienes logran asustar y que no pueden pagar su crédito”, concluyó Zepeda.
¿Negocio?
Las sospechas del señor Daniel no parecen descabelladas. Según datos obtenidos por transparencia, en 2008 tres de los despachos que le están acosando, recibieron del INFONAVIT por concepto de cobranza extrajudicial, un total de más de 12 millones de pesos.
Asimismo, en octubre del año pasado dirigentes del Congreso del Trabajo pidieron al director de esta dependencia, Víctor Borrás, poner un alto a la venta de carteras vencidas y regularizar a los despachos externos, quien como respuesta calificó de reprochable los abusos que estos perpetran en contra de los trabajadores, y declaró que se comprometía a resolver la situación.
Del mismo modo el Barzón Nacional, (delegación Jalisco), está asistiendo actualmente a cinco mil trabajadores que cayeron en cartera vencida, cuyos créditos fueron vendidos por el INFONAVIT a corporaciones privadas, y que tienen que lidiar ahora con estos despachos.
“Hay un manejo neoliberal en la administración del INFONAVIT y una connivencia con los particulares, en que van implícitos corrupción y negocios turbios que los mismos funcionarios realizan. El criterio con que se maneja esta institución ya no es con sentido social, sino bancario”, comentó al respecto el delegado del Barzón, José Luis Sánchez.
Daniel Zepeda se siente insultado por parte del INFONAVIT. “Yo fui personalmente a hacer frente a mi compromiso crediticio, estoy haciendo un esfuerzo para seguir pagando y estoy al corriente con mi pago. Estamos hablando de un formal convenio de hipotecario, no de una televisión o una licuadora, se trata del patrimonio más importante para una familia, ¡como para que te traten así!”.