La inmunidad de rebaño o protección ante el COVID-19 que podría adquirir la población mexicana derivada de las personas que enferman, podría conllevar más muertes. Lo ideal es que la protección sea consecuencia de las vacunas y, mientras no queda de otra, la población tiene usar cubrebocas, caretas, guardar sana distancia, estar en su casa si no hay necesidad de salir y tener una buena higiene de manos, medidas que la gente tendrá que mantener por más tiempo.
Los cálculos indican que se tendría que contagiar del 60 al 70 por ciento de la población de COVID-19 a nivel mundial para lograr inmunidad de rebaño, lo que implicaría más gastos en tratamiento y un incremento en el número de muertos, afirmó Moisés Ramos Solano, profesor investigador del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS) y miembro de la Sala de Situación en Salud para el COVID-19.
El 60 por ciento de la población infectada representaría en México alrededor de 78 millones de personas contagiadas.
La tasa de mortalidad por coronavirus en México se calcula en aproximadamente 10 por ciento. Si fuera posible alcanzar la inmunidad de rebaño por infección del virus con cerca de 78 millones de contagiados, eso representaría 7.8 millones de personas que fallecerían, detalló el académico universitario.
El experto aclaró que hay una subestimación de casos en México, ya que hay personas que son asintomáticas y no son detectadas. De ahí la importancia de incrementar el número de pruebas para diagnosticar casos.
“Entonces estamos tanteando un porcentaje de personas infectadas sin tener números deseables y aproximados a la realidad”.
De acuerdo con datos para México para el 6 de octubre, del Johns Hopkins University & Medicine Coronavirus Resource Center, de 789 mil 780 casos, hay más de 81 mil muertes. Lo que significa una alta tasa.
Indicó que si Francia, por ejemplo, con una población de casi 70 millones de personas llega a alcanzar el 50 por ciento de la población infectada, habría alrededor de medio millón de muertes, y Estados Unidos, con el mismo porcentaje de infectados, tendría entre medio millón y 2.1 millones de muertes.
Detalló que la inmunidad de rebaño por contagio es adquirida por una población a través de oleadas de infección.
Señaló que otra forma diferente de adquirir la inmunidad de rebaño es a través de la vacunación, como sucede con otras enfermedades. Se tendría en un primer momento que dar prioridad a los grupos vulnerables cuando llegue la vacuna. A partir del 50 por ciento de la población que reciba la vacuna, es posible que inicie la protección de la población por inmunidad de rebaño.
Otra opción sería considerar a la población que se enfermó sumada a la que se podría vacunar para lograr la protección de rebaño, y detalló que es materia de investigación si es mejor la inmunidad de la persona que se infectó con el virus o la que se vacunaría. Eso todavía no se sabe.
“En caso de que las personas que fueron infectadas no tengan una buena memoria inmunológica, entonces dependeríamos más de la vacuna para generar esa inmunidad de rebaño”, explicó
Hay documentación de personas que se han contagiado dos veces, pero al parecer son casos aislados, aclaró.
Explicó que las vacunas están hechas para entrenar al sistema inmune ante un agente desconocido, de manera que se monte un sistema de defensa más rápido, y entonces si la persona, en el caso del COVID-19, iba a padecer la forma más agresiva de la enfermedad, solo tenga síntomas leves y lo elimine. En el caso de la influenza, la persona que se pone la vacuna puede enfermar, pero de manera leve, con pocos síntomas.
“Es como decir, si yo tengo en un grupo de personas al 60 por ciento vacunados, y llega el virus, se van a contagiar dos o tres, pero como están vacunados alcanzan a eliminar el virus tan rápido que no lo transmitirían a más, que es muy diferente a que no estuvieran vacunados”.
Especificó que una persona infectada con el virus SARS-CoV-2, que provoca el COVID-19, tiene capacidad de contagiar de 2.5 a cuatro personas, pero con la vacuna las posibilidades de contagio disminuyen. Lo deseable es que se ubiquen en cero, pero podrían reducirse, como en otras enfermedades, a 0.5 o uno, lo que significa una disminución sustancial.
“Tardaremos en alcanzar la inmunidad de rebaño en relación al número de dosis aplicadas, pero en un primer momento es importante aplicar la vacuna a las personas más vulnerables, ya que si la tasa de mortalidad es mayor en personas con alguna comorbilidad como diabetes, hipertensión u obesidad, entonces hay que vacunarlos, y las personas sanas o jóvenes podrían seguir con medidas como uso de cubrebocas, aislamiento y lavado de manos”.