La incidencia de intentos de suicidio y de autolesiones se presenta en niñas, niños y adolescentes cada vez a edades más tempranas y no hay espacios suficientes para su hospitalización en las instituciones públicas del estado, afirmó la académica del Departamento de Salud Mental del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), Luz Alejandra Hernández Villanueva.
“Cada vez se empiezan a ver intentos suicidas de mayor letalidad. Ahora empieza a bajar la edad de inicio de las autolesiones; hace varios años era a partir de la secundaria, y ahorita ya tengo niños y niñas de cuarto de primaria que se autolesionan con la navaja del sacapuntas, hasta adolescentes con intentos suicidas de mediana y alta letalidad”, explicó.
Hernández Villanueva trabaja en el servicio de Paidopsiquiatría del Hospital Civil Fray Antonio Alcalde, que tiene una “alta demanda” de menores de edad que no pudieron ser atendidos en otras instituciones de asistencia social.
“Al inicio hospitalizábamos a uno o dos adolescentes a la semana, pero en este momento se acaba incluso de cerrar el área porque se necesitan de manera muy urgente 12 camas, porque en todo el estado no hay donde hospitalizar a niños y adolescentes con intentos suicida, a menos que sea en la Seguridad Social, y me parece que en este momento también ahí no se está pudiendo hospitalizar”, informó.
Señaló que ante un intento de suicidio o autolesión las instituciones de salud deben de hospitalizar a los menores de edad, puesto que se requiere una vigilancia estrecha no sólo médica, sino psicológica y psiquiátrica para que haya una recuperación integral.
La especialista atribuye a los cambios en las edades de incidencia al maltrato infantil y el abuso sexual dentro del hogar que sufre la niñez, y que implica situaciones emocionales complejas que, si no son manejadas de manera correcta, propician que las víctimas se autolesionen como una forma de contener lo que sienten, o a autocastigarse.
En el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que se conmemora este 10 de septiembre, la académica aconsejó a los padres y madres acercarse a espacios donde aprendan habilidades para la crianza positiva, amorosa y efectiva, incluso desde la etapa del embarazo.
Recomendó también que las escuelas puedan tener espacios para enseñar a las niñas, niños y adolescentes el manejo y expresión de las emociones.
“Las niñas y niños lo que dicen es que se cortan para controlar esa emoción tan intensa de tristeza, de dolor; entonces, habría que ayudarles a comunicar lo que están experimentando; por supuesto, protegerlos en los primeros niveles de atención, pero también que se pudiera incidir en situaciones específicas de protección a la infancia”, declaró.