Pastrana
Es una obra de mucho humor, de mucha comedia que a pesar de que aborda temas relacionados con lo femenino, al final se centra en emociones universales como la empatía, el amor y el acompañamiento. Todas las personas que han visto la obra, hasta hoy, se ven reflejadas en esas situaciones y las experiencias que se juegan en la escena. Al final son cosas del día a día e invita mucho a que nos burlemos de nosotras mismas, en ese punto en el que las cosas son muy absurdas y que las llevamos a un lugar en donde las crecemos y en realidad era una cosa muy pequeñita.
Circo
Todas las personas que conformamos el proyecto tenemos una formación diferente. La obra en un inicio era más acrobática, pero al final terminó siendo algo muy circense, algo de payaso. Decidimos ir más hacia las sensaciones, hacia las emociones y hacia los personajes que teníamos, explorarlos desde otros lugares y cuestionar los temas que tratamos en la obra. Ahí desapareció todo lo acrobático porque nos dimos cuenta que había otras formas de la emoción y que no era necesario hacer todo lo otro para comunicar lo que queríamos y que era incluso más fiel a lo que estábamos buscando.
Risa
Reírnos de nosotros mismos hace todo mucho más ligero. Cuando no le das tanta importancia quizás puedes ver las cosas buenas de esa situación o ponerle un poquito de humor, y eso hace que hablar de esas cosas no sea tan pesado o no lleve a esos mismos lugares de enojo o de frustración. También porque al compartirlo con otras personas se crea una experiencia y empiezan a salir los chistes.
Teatro
Lo que más me gusta de hacer esto es poder vulnerar con personas en las que confío y que me acompañan a encontrarme o preguntarme cosas o a poner el cuerpo; también me agrada compartir con otras personas y caer en situaciones que, me doy cuenta, no son algo aislado, sino que son cosas en común y que al ponerlas sobre la mesa me hacen sentir que no estoy sola.
