Durante el gobierno de Enrique Alfaro Ramírez se han registrado 6 mil 419 personas desaparecidas sólo en los últimos cuatro años, del total de 13 mil 600 personas reportadas desde 1964.
Sobre la avenida Manuel Acuña, frente a Casa Jalisco, 120 estudiantes y profesores del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI) de la UdeG, asistieron a la quinta master class titulada “Desapariciones en Jalisco”, dirigida al gobernador y dictada por la Coordinadora del Comité Universitario en Análisis en Materia de Personas Desaparecidas, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), Carmen Chinas Salazar.
La especialista explicó que la falta de un registro completo de personas desaparecidas que no contradiga las cifras entregadas a nivel federal, como lo hace el Sistema de Información sobre Víctimas de Desaparición, impide el diagnóstico del problema.
“La falta de transparencia y certeza en los datos nos impide saber cuántas personas desaparecidas hay, porque en realidad tampoco hay una estimación de la cifra negra; hay casos que no se denuncian y, al no tener certezas de los casos, no hay un diagnóstico claro y por consiguiente no podemos dimensionar el problema”, declaró.
En este sentido, el Registro estatal de personas desaparecidas no funciona, aunque la fecha límite para que así fuera expiró en junio de 2021.
Además, Chinas Salazar resaltó factores que desglosan el problema en Jalisco: el retraso en la creación de una ley en materia de desaparición, publicada en 2021, aunque el Congreso de la Unión instruyó a los estados redactar una ley local desde 2017; la carencia de una estrategia de búsqueda efectiva, y la falta de medidas preventivas.
Añadió a ello la estigmatización y criminalización ejercida por autoridades estatales; la falta de un enfoque humanitario, acción integral y psicosocial, entre otras atenciones a víctimas y familiares.
“Todo esto hace que el drama de las desapariciones sea más fuerte en el Estado, pues parece que no hay una voluntad política por atenderla”, subrayó.
Ante los estudiantes, Chinas Salazar precisó el origen de la desaparición como una estrategia implementada durante la Segunda Guerra Mundial.
“La desaparición de personas fue y es una estrategia de horror, de miedo, de control de la población, que se implementó primero en la Alemania nazi, luego en las dictaduras de América Latina, después en México durante la Guerra Sucia y actualmente en la guerra contra el narcotráfico”.
Distinguió entre dos tipos de desaparición de personas: la desaparición forzada, ejercida por elementos del Estado y la desaparición cometida por particulares.
El último tipo de desaparición, de acuerdo con Chinas Salazar, incrementó a partir de 2006, año en que el Expresidente Felipe Calderón le declaró la guerra al narco.
Otro referente en la crisis de desaparecidos ocurrió en 2014 con la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, en un contexto con 26 mil personas desaparecidas. Sin embargo, en mayo de 2022 se rebasó la cifra de 100 mil personas desaparecidas, con Jalisco a la cabeza a nivel nacional.
De acuerdo con Chinas Salazar, dentro de esta crisis, el trabajo de las familias y los colectivos de familiares de desaparecidos ha sido crucial en la búsqueda y atención a víctimas.
“Las familias han hecho y resuelto el trabajo que el gobierno no ha hecho, empezando por la búsqueda en campo, que debería ser labor de la autoridad; la incidencia legislativa, la atención psicológica y el acompañamiento en derechos humanos”, detalló.
El Rector del CUCEI, Marco Antonio Pérez Cisneros, presentó a la doctora Chinas Salazar, quien abordó una problemática que toca a toda la ciudadanía.
Dijo que se trató de un tema que explica las raíces de un problema que le duele a Jalisco.
La quinta master class impartida afuera de Casa Jalisco es parte de la estrategia “Luchamos pensando y trabajando”, dentro de las acciones nuevas de la etapa de manifestaciones de la UdeG en defensa de su autonomía y el presupuesto universitario.