Facetas
Todo es parte del camino, todo nutre a las otras vertientes, pero mi trabajo como compositora, en producción, en el estudio, culmina en el momento en el que me paro en el escenario y puedo entregarle las canciones al público. Es el momento en el que la música se va transformando en ese contacto directo. Por supuesto que disfruto el proceso de la composición, la creación, de escritura, mi trabajo plástico que hago en solitario, pero ese momento de estar en escena haciendo un diálogo con el público y teniendo una conversación con los que estamos en el escenario es la parte más emocionante de lo que hago.
Motor
La música no es solamente mi actividad profesional, es mi vida, es el motor. Gracias a lo que hago en la música, en los escenarios, a lo que exploro cuando compongo me he ido construyendo, por lo tanto yo soy eso que canto, está directamente vinculado con quien yo soy. Mi vida, a pesar de todo el camino recorrido y mi edad, es un proceso en construcción, todavía eso que voy cantando y descubriendo, sintiendo, es lo que me va a construyendo como ser humano, como mujer y está directamente vinculado con lo que soy.
Inspiración
En todo, en mi vida, en mis memorias, en mis gustos, en lo que soy. Aunque sean géneros diferentes al seleccionar los repertorios, tienen que ser canciones que resuenen en mi vida, conmigo, que yo como cantante al ponerle mi voz sienta que estoy siendo honesta conmigo misma, que estoy hablando de la verdad. Primero que nada me tienen que emocionar a mí, por eso puedo decir que lo que más me inspira es la vida misma, mis memorias, lo que me ha construido desde las memorias ancestrales heredadas, a todo lo que me ha nutrido a lo largo de la vida.
Jóvenes
Yo trabajo con músicos muy jóvenes que se mueven en distintos géneros, y es muy emocionante ver que hay muchas mujeres haciendo trabajo creativo en la música, y eso no deja de ser importante, hay mujeres líderes de proyectos creativos, en la composición, en la interpretación y en todos los géneros. Otra cosa que me parece emocionante es el cruzamiento de géneros, ya no están tan separados, se mueven, interactúan entre los géneros, los músicos transitan de género a género, nutriendo uno con el otro. Los proyectos de fusión están produciendo propuestas muy interesantes. En el mundo están pasando cosas interesantes y en particular en México hay maravillosas cantantes, compositoras y jóvenes que están haciendo cosas lindas.
Proyectos
Siempre tengo proyectos por delante y están interconectados. Ahora estoy por entrar al estudio para grabar un disco doble de composiciones mías, compuestas en los últimos tres años. Es un disco que tiene como hilo transversal la memoria, estoy muy emocionada, ha sido un proceso muy intenso, son muchas canciones. Son discos muy distintos entre sí, el primero es mi memoria heredada ancestral, digamos de generaciones, con lo que crecí, con lo que escuché, lo que me formó, lo que leí, y ese disco va a ser acústico con un trío de cuerdas, y el otro es mi memoria imaginaria lo que yo construyo, es más experimental, con mucha producción electrónica.
Caída libre
Es un concierto con mi trío de jazz, es el proyecto alterno que he desarrollado desde hace 15 años, paralelo a lo que la mayoría de la gente conoce que es mi trabajo como Jaramar. Hace unos 15 años me atreví a armar un proyecto con un género que siempre me había apasionado, que es el jazz, al que le tengo un enorme respeto; yo sentía que era algo que en algún momento iba a necesitar hacer, y fue en el 2010 que invité un par de amigos músicos para armarlo. El repertorio son clásicos del jazz. En Ciudad de México y foros de jazz fue muy bien recibido, al punto de que empezaron a invitarnos a festivales de jazz en este formato que es guitarra, contrabajo y voz.