El poeta reinventa la definición misma de la poesía con las palabras y pausas que emplea, y en su capacidad de sorprenderse ante el horror, postura que Jean-Marc Desgent mantiene en su trabajo a través de versos luminosos y la hipérbole de su repertorio poético.
La mirada del poeta quebequense de 72 años conserva la frescura de un muchacho —en contraste con las arrugas y canas en su cabellera rizada—, y la convicción de reforzar la presencia de la poesía de su país en su primera visita a la FIL Guadalajara.
En el stand de la editorial Écrits des Forges-Québec, el poeta afronta el maratón de entrevistas para explicar y explicarse qué es la poesía frente a títulos como Demasiado se piensa que nada muere, Portraites de Famille, Los cuatro estados del sol y Vingtièmes siècles, cuatro de sus más de 20 publicaciones.
El poeta obtuvo el Premio Internacional de Poesía 2006 Jaime-Sabines/Gatien-Lapointe que otorgan el Festival International de la Poésie en Quebec y la Fédération des festivals internationaux de poésie, así como el Seminario de Cultura Mexicana.
¿Qué es la poesía? Es la pasión de mi vida, y espero no saber qué es porque la escritura poética cada vez me obliga, espero, a que hagamos más contacto con nosotros. Intentamos constantemente reinventarla. Es probable que el poeta esté intentando reinventar la definición misma de la poesía, de la pausa, de la capacidad de sorprenderse ante el horror. Lo que quiero mantener en un poema es, precisamente, la luz, la oscuridad y la hipérbole.
La realidad de la humanidad es la tensión interior: la humanidad se compone de estos contrastes, movimientos opuestos: no creo en los sueños de luz ni en la desesperación absoluta. Creo que la existencia y, por tanto, el poema, es parte de la existencia que debe estar compuesta de la tensión —lo que llamo en algunos poemas la guerra civil interna— y, por lo tanto, nunca hay paz, no lo creo.
Tampoco creo en la guerra total, , porque sería olvidar que, dentro de uno, hay momentos de violencia y hay momentos de felicidad, pero esta utopía hippie de los años 60 no creo en ello en absoluto: que todo iba a ser amor y paz, yo no creo para nada, en eso siempre estamos en un permanente contraste: eso lo que hace que el ser humano sea tan bello y tan valioso.
¿Cuál es la relación entre los poetas maduros y los poetas jóvenes en Quebec? Hay muchos textos que me interesan, hay muchos autores que me interesan y las relaciones con ellos son bastante simples, porque muchas veces los nuevos autores fueron nuestros alumnos, los conocimos cuando publicaron su primer libro o corregimos su manuscrito.
La tradición continúa: cuando comencé a escribir, ciertos profesores universitarios me alentaron, cosa que veo muy bien: en Quebec ahora hay muchos vínculos entre la generación más joven y la generación que les precede, que no era el caso en los años 50 de poetas conocidos con poco contacto con los jóvenes.
A menudo, en mi generación, como la editorial Écrits des Forges-Québec, entre otros, han permitido la llegada de jóvenes, es decir, no vemos por qué de repente cambiamos la mentalidad: el desarrollo se crea de generación en generación, por excelencia mediante la innovación.
Por lo tanto, a este nivel, el entorno de Quebec, tal vez porque es pequeño, es extremadamente dinámico y sigue siendo interesante.
FOTOS: FERNANDA VELÁZQUEZ
CRECER LA FE MÁS ALLÁ DE LOS LÍMITES
Amor amor amiga infra la nieve amiga supra la tierra, las máquinas dentro me desmienten, mi espíritu es una catástrofe: tengo el pensamiento herido amoratado bandera, tengo la trascendencia muchacha misterio el invierno.
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Yo soy sí no eso cae rodando con la vida, sí no el hombre inclinado el hombre elevado, el misterio no es más que la cabeza, no temo más que a mi fiebre-tiniebla, no respiro suficiente, estoy sentado atrincherado como tantos otros, es la luna la hipnosis del cielo, abro un océano arriba.
Versión del francés de Silvia Eugenia Castillero publicado en la revista Luvina.