Joel Robles: médico apasionado de luchas sociales y libros

La del doctor Joel Robles Uribe es una historia de lucha social, solidaridad, compromiso con las causas más justas y de pasión por la medicina, misma que inició en Tepic, Nayarit un 13 de junio de 1932. Su esencia, a partir de ahora, está presente en la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco Juan José Arreola, al albergar su acervo personal

ENTRE LIBROS Y MÁSCARAS

Fue inaugurado el acervo del Dr. Joel Robles, el cual cuenta con más de 300 máscaras y 7 mil 179 libros, instalados en el piso 3 de la biblioteca

ENTREVISTA

Mara Robles Villaseñor

Infancia

Mi abuelo fue revolucionario agrarista, regidor del Ayuntamiento de Tepic y después comerciante, mi abuela María Uribe se dedicó a cuidar y organizar a su familia. Mi papá de niño lo que más deseaba era que lo robaran los gitanos, le parecían sofisticados, misteriosos y las mujeres guapas... Nunca se lo robaron. Se dedicaba a observar los trazos de un arquitecto, eso llevó a mi abuelo a pensar que tenía que ser intelectual. Le generaron las condiciones para serlo, le dieron una habitación propia para que estudiara, que tenía en el techo una Virgen de Guadalupe, lo que lo llevó a ser comunista Guadalupano. Estudió en la Secundaria Federal número 1, que era un internado para hijos de trabajadores y soldados, donde cantaban "La internacional comunista", se formó como socialista comunista desde niño.

Vida estudiantil

Lo mandaron a estudiar a Guadalajara, en la Preparatoria de Jalisco y desde ahí se involucró en la política estudiantil, posteriormente decide estudiar Medicina. Conoció a mi mamá en la casa de asistencia donde vivía, se la robó, empezó a tener hijos, somos siete: Víctor Joel, Félix, Nora, Marco, Luis, Martha y Mara. Estudió la maestría en Salud Pública, en el Instituto Nacional de Salud Pública de Cuernavaca y el doctorado en Ciencias de la Salud. Fue un estudiante comprometido y apasionado.

Vida política

De 1964 a 1966 fue presidente municipal de San Blas. Lo buscó el gobernador del estado Julián Gascón Mercado y como era tan popular, le ofreció ser candidato y ganó. Convocó a un equipo de alto nivel intelectual a su gabinete, lograron que se colocara drenaje, tenía gran capacidad de gestión política. Convirtieron a San Blas en un foco de cultura, educación e innovación.

Su llegada a la UdeG

Al finalizar su administración como presidente municipal, el Ejército Mexicano lo encarceló por actos de disolución social, tras derivar diez mil hectáreas, propiedad de una compañía extranjera, al trabajo agrario, decisión fundamentada en la Ley de Tierras Ociosas. Lo enviaron a las Islas Marías y empezó a organizar el comité de vigilancia epidemiológica. Le llamaban "El pequeño Zapata nayarita", de esa historia se enteró Raúl Padilla, que era dirigente estudiantil y sabía de las andanzas de mi papá, y le ofrece un exilio para que se viniera a Guadalajara. Después estudia la maestría y el doctorado y se forma como epidemiólogo. Raúl Padilla lo invitó a ser director del Centro de Estudios para el Desarrollo de la Comunidad. Fundó la maestría en Salud pública de la UdeG y el Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Civil de Guadalajara, del que fue director prácticamente hasta su muerte. Fue maestro de la Facultad de Medicina toda su vida y dirigió decenas de tesis.

Los principios y el legado

Era comunista nato, lo más importante era ayudar a los pobres, era solidario con dos causas: los enfermos de VIH y el aborto. Era comunista, sindicalista, médico, un apasionado de las luchas sociales y un loco por los libros, su mayor pasión era leer. Su legado es la actitud rebelde y revolucionaria, el ser indómito y el no ceder ante las injusticias, y el creer que la universidad es lo más importante que se le puede dar a los jóvenes, ya que sin educación no hay nada.

El acervo bibliográfico

Decía que su única riqueza eran sus libros y sus máscaras y que se los quería dar a la Universidad. Son 9 mil 800 volúmenes, tiene cuatro secciones: marxismo-leninismo, ciencias sociales, medicina y literatura, particularmente policiaca. Otra parte que nos falta por entregar es el fondo hemerográfico y documental, las revistas y el archivo de los partidos. En cuanto a las máscaras, una vez alguien le regaló una, todos empezaron a regalarle y empezó a comprar, es una colección de más de 300. En la casa había una biblioteca y libros por todos los pasillos, le gustaba leer varios al mismo tiempo.

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