Su nombre abreviado es Juan Nepote y se dedica a divulgar la ciencia desde hace dos décadas. Es un hombre alto y esbelto, y normalmente siempre trae consigo alguna historia para contagiar su infinita curiosidad.
Este divulgador de la ciencia por tanto no se la piensa cuando empieza a recordar anécdotas. Puede hablar de las maravillas de la física y sus disciplinas mientras parece que el tiempo se detiene para deleitarse también con estas narraciones.
“Estoy seguro de que la divulgación científica tiene una capacidad de contagio por la pasión, por el interés por saber, por hacerte más preguntas”.
Su vocación la encontró por suerte y azar, pero también le ayudó colaborar con su mamá en Un lugar para la ciencia, un programa que se transmitía en Radio Universidad, donde logró conocer a personalidades que divulgaban ciencia.
“Eso me permitió irlos conociendo y darme cuenta que sobre todo aquellos que tenían mayores resultados eran personas muy asequibles, amables, amenas, divertidas, y no estos personajes intocables que uno suele pensar”.
A pesar de ser un físico que divulga ciencia, a Juan no se le ve con batas blancas o resolviendo ecuaciones en un salón de clases. Su talento se nota cuando empieza a hablar y a cautivar a aquellos que, al igual que él, están sedientos de respuestas a sus miles de preguntas.
“Lo que uno aprende de la ciencia a temprana edad lo relaciona con lo aprendido en las escuelas, pero poco a poco se crean nuevas alternativas como clubes o espacios de divulgación, donde es apasionante escuchar a los divulgadores y los que contagian con sus historias de ciencia”.
La ciencia de escuchar
Cuando a Juan le preguntan cuál es su ciencia favorita toma un rato para reflexionar, pero convencido responde que las disciplinas que estudian la luz ocupan un lugar especial en su imaginación, aunque asegura que últimamente la historia de la ciencia también llama mucho su atención.
Para entender mejor sobre estos temas, Juan sabe que siempre hay algo nuevo que aprender. Para él, un divulgador debe tener la honestidad suficiente para aceptar que no conoce un tema, pero también es necesario que aprendan a escuchar, proponer y a contar historias.
“Se parece mucho a lo que puede hacer un juglar, un cuentista o un novelista, creo que la divulgación científica tiene bastante relación directa con otras disciplinas artísticas que son más clásicas como la narrativa, la literatura, la fotografía, las artes visuales”.
Con su estilo para contar historias de ciencia, Juan Nepote se adentra en los relatos para entender y encontrar aquellos nudos y desenlaces que atraen a los curiosos; maneja distintos ritmos cuando toma la palabra y en ningún momento se olvida de destacar lo maravillosa que puede ser la ciencia.
A Juan aún le quedan pendientes algunos retos en la divulgación de la ciencia. Uno de ellos es encontrar la fórmula para contar los relatos de ciencia y tecnología que se han olvidado en Jalisco, aunque se trata de un objetivo que ya trabaja en cumplir.
“Me interesa mucho encontrar una manera más creativa y mejor lograda para contar la historia de la ciencia y tecnología de Jalisco, de estos personajes, de estas instituciones, de estos episodios que son fascinantes y de los cuales nos hemos olvidado”.