Julio Cortázar el gran autor del azar: Anna Caballé

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Una reflexión y un recorrido a través de autores y obras, desde el mundo clásico, donde el destino es el eje principal, es lo que ofreció la escritora y académica española Anna Caballé, al dialogar la noche del pasado lunes 2 de septiembre con biógrafos de Jalisco, en el Paraninfo Enrique Díaz de León de la Universidad de Guadalajara, como parte de las actividades de la Cátedra Latinoamericana Julio Cortázar.

En su conferencia magistral titulada, “¿Dados cargados? El peso de la suerte en la vida”, Caballé destacó cómo el factor aleatorio de la vida, es decir, el azar, constituye un elemento decisivo en cualquier trayectoria vital, con el objetivo de aquilatar la importancia que la cultura ha concedido a la suerte.

Sobre el escritor argentino Julio Cortázar, la académica dijo que no había sido un hombre especialmente afortunado en la vida, salvo cuando publicó Rayuela y la novela triunfa a escala mundial contra todo pronóstico, y lo convierte en una referencia para toda una generación.

“En su caso, es interesante matizar la diferencia entre azar y suerte, porque en su vida sí hubo una serie constante de azares que generalmente le favorecieron y que, por extensión, fundamentan parte de su obra. Sin ir más lejos, Rayuela es un monumento al azar. La primera de línea del libro, ‘¿Encontraría a la Maga?’, ya lo dice todo. En muchos cuentos suyos también todo son azares, encuentros, desencuentros, cruces de caminos, decisiones erradas o acertadas, pero siempre hijas del azar; de hecho, es el gran autor del azar”, apuntó Caballé.

Al cuestionarse sobre si Cortázar fue un hombre con suerte, Caballé contó que él sabía que no era lo mismo, es decir, que su vida se había regido por azares, a menudo afortunados y en larga suma, pero eso no era garantía de buena suerte.

“No en vano, esa diferencia se hace presente en la obra del escritor, a menudo mediante el amor. El azar trae a la Maga en Rayuela, pero eso no significa que mejore la suerte de Horacio Oliveira”, indicó.

Anna Caballé tiene como mérito el cultivar el biografismo académico, es decir, el estudio de la vida de los autores, tratando de reconciliar la historia personal con el entorno y ambiente en que se desenvolvieron en determinado período de su producción literaria.

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