Ganadora del premio Juan José Arreola por su libro Extracto del espejo, dice que las dos bendiciones que le ha dado la vida son sus hijos –“que nacieron educados”– y la escritura. Con 39 años de edad y 19 de experiencia como poeta, Karla Sandomingo se estrena con buena estrella en el mundo de la narrativa.
Aliento
Mi primer taller fue con Raúl Bañuelos, pero se me fue alargando el aliento y luego me fui con Carmen Villoro, con Mario Heredia… y así. Desde hace cuatro años que no puedo escribir poesía, desde que publiqué Después de la luz la piedra. Me recomendaron que incursionara en la novela. Me lo han dicho muchas veces, pero preferí escribir cuentos, que son más cortos. No sé, a lo mejor me estoy jubilando de poeta.
Universos
Todo el año pasado me dediqué a leer y leer y leer y leer. Obtuve una beca del estado, reduje mi carga de trabajo y me puse a leer todo el tiempo: Julio Cortázar, Edgar A. Poe, Raymond Carver, Marguerite Duras, Horacio Quiroga… empecé a detectar ciertos universos literarios, algunos cerrados, otros abiertos. Y de cada uno quise jalar una hebra y narrar lo que pasa del otro lado, por ejemplo, en Casa tomada o con la mujer emparedada en El gato negro.
Premio
Este libro venía con buena mano desde el principio, desde que me dieron la beca, y ahora que gané el premio… pues todavía no lo puedo creer. El libro ya está en proceso de diseño editorial y el dinero lo voy a usar para financiarme un viaje a Colombia esta semana, luego unas vacaciones con mis hijos y, como todo parece indicar que la crisis se prolonga, el resto lo voy a guardar.
Diario
Creo que todos empezamos con un diario. Yo no tenía uno tal cual ni le decía “Querido diario…”, pero sí tenía un libro donde soltaba todos mis rollos. Mucha gente empieza a escribir así, por necesidad.
Rutina
No tengo horarios para comer, no tengo horarios para dormir, no tengo horarios para estar con mis hijos, no tengo horarios para dar clase… todo me ocupa todo mi tiempo.
Extracto del espejo
Ha sido un proceso agotador, pero gozoso, a diferencia de la poesía, que es un proceso más intelectual y desgastante, doloroso. El título surgió en conversaciones de messenger con mi hermana Lourdes, que es fotógrafa y a quien pedí imágenes ex profeso: ella me ponía una frase, yo otra y así fue surgiendo. Funciona muy bien, porque son breves fragmentos de lo que pasa en el reflejo, del otro lado de ese universo.
Tragaluz
Emilio Carballo decía que éramos frívolas, y es cierto: entre la poesía gore de Franí§oise Roy, el psicoanálisis de Carmen Villoro, en fin, las vidas y problemas de las nueve que la hacíamos. ¡Claro que necesitábamos un espacio para ser frívolas! Fue una experiencia muy divertida, intensa y generosa, de pura difusión y gestión cultural, pero no lo volvería a hacer: era estar pensando en eso siempre, siempre, cualquier cosa podía convertirse en un artículo o una entrevista. Decidimos que ya era suficiente.
Escritora
Siempre he creído que hay que estar un poco loco para trabajar a fondo perdido. Como no soy de uñas gel, camioneta grandota y celular chiquito, me va bien: doy clases de redacción y narrativa, y cuando sale un proyecto, me entrego completamente. Ahora tengo la inquietud de hacer un trabajo periodístico de entrevistas a cuentistas, hacerles un homenaje de creador a creador, porque como dice Cristina Rivera Garza, es un género relegado.