Kenji Kishi Leopo: habitar el sonido

El pasado sábado 25 de septiembre, el tapatío recibió el Ariel a Mejor música original por la película "Los lobos"

1911
Foto: Fernanda Velázquez

Kenji Kishi Leopo tiene catorce años componiendo música para cine. Su experiencia con el paso del tiempo dio como fruto la musicalización de diez películas, entre documentales y ficción, y, el pasado fin de semana, la obtención del Ariel 2021 a la mejor música original por Los lobos, película mexicana dirigida por Samuel Kishi Leopo.

La Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) hizo entrega del galardón el sábado 25 de septiembre. La película destacaba entre los filmes que lidereaban las nominaciones y obtuvo también el galardón por mejor coactuación femenina (Cici Lau).

Foto: Fernanda Velázquez

Kenji Kishi estudió para profesional medio en la carrera de Música en la UdeG y es egresado de Comunicación pública en el CUCSH. Entre las películas que ha musicalizado se encuentran Somos Mari Pepa, la cual también obtuvo nominación por mejor música original, Los años azules, Ocho de cada diez y Cigüeñas.

La composición de la música fue un proceso largo, de alrededor de un año. Kenji Kishi conocía la concepción del guion desde su inicio y el desarrollo de la película. El trabajo de grabación y de composición como tal le llevó casi dos meses, en que logró recrear un ambiente que salió de su memoria, de los recuerdos de cuando, aún niño, vivió la experiencia que, en parte, se describe en la cinta.

¿Alguna situación personal influyó en la trama de la película?La historia está basada en la historia de mi hermano y yo. Cuando éramos pequeños mi madre nos llevó a Estados Unidos, migramos. Nos fuimos a California, y similar a la película alquilamos un departamento. Mi mamá había estudiado Ciencias de la Comunicación en el ITESO y nos grababa historias con su voz para que la escucháramos mientras no estaba. De ahí surge la historia de la película, a la que se agregó una parte de ficción.

Foto: Fernanda Velázquez

¿Qué tanta influencia tuvo el haber tenido vivencias en las que se basó la película para hacer una buena composición?

Me ayudó a tomar decisiones sobre cuáles instrumentos utilizar y cómo iba a ser el ambiente general de la película. La nostalgia subyace en el filme como un halo triste, pero no triste depresivo, sino como una tristeza en la que al mismo tiempo hay un poco de compañía.

Ese ambiente lo pude haber sacado de mis propios recuerdos, en cierta manera.

¿Cómo se puede lograr pensar a través de sonidos? ¿Se requiere algún tipo de estudio?

Foto: Fernanda Velázquez

Pensar con sonidos es como una disposición al mundo. Yo me he dedicado a dar algunos talleres de ecología acústica que tienen que ver con la escucha del entorno y todo lo que nos forma sonoramente, además de cómo habitamos en el sonido. Más que disciplina, implica una costumbre de escuchar y tener claro lo que suena alrededor de nosotros, qué nos rodea, cuál es nuestro universo sonoro, si hay aves alrededor de nosotros cómo es su canto, el sonido que se forma en las calles donde vivimos, etcétera. Yo eso lo he pensado en el cine o en lo escénico, porque trabajo mucho para teatro y danza. Es como imaginar qué sonidos combinarían, qué música tiene coherencia con el universo de los personajes y de qué manera la música se vuelve orgánica con la historia y con el universo de los personajes.

¿Cuáles fueron las circunstancias que te llevaron a involucrarte en la composición de música para cine?

Junto con mi hermano he trabajado en diferentes proyectos. Teníamos una cámara de video y él se ponía a filmar, y hacíamos cortos. Cuando él estudió en la UdeG, yo comencé a musicalizar algunos proyectos de manera muy intuitiva con los conocimientos que tenía, después, otros amigos de mi hermano se interesaron por mi trabajo, y así fue que aprendí aquí en Guadalajara, en donde no hay como tal una especialización o escuela de musicalización para cine. Aprendí haciendo, tenía 21 años, actualmente tengo treinta y cinco.

Foto: Fernanda Velázquez

¿Qué futuro hay aquí en Guadalajara para la composición musical para películas?

Guadalajara lleva pocos años incursionando de manera más profesional en esa disciplina, somos pocos los que nos dedicamos a eso, pero yo veo que está cada vez más pujantes, sobre todo porque la producción en Guadalajara cada vez es mayor. Los creadores, directores y directoras de esta ciudad están percibiendo la necesidad de tener más musicalizadores que vivan aquí, y he visto gente interesada. Si sigue este impulso la especialización en musicalización o diseño sonoro seguirá creciendo.

espero que este premio que se me otorgó sea aliciente para otros y otras jóvenes compositores.

Artículo anteriorLéaLA acerca autores y talento a Los Ángeles
Artículo siguiente30 de septiembre, último día para registro de aspirantes a licenciatura