A punta de pistola, cuatro sujetos le robaron su camioneta a Juan Rocha. Él estaba en el mirador de la autopista Zapotlanejo-Guadalajara, la tarde de este sábado 23 de mayo cuando eso ocurrió.
Horas después, el joven compartió lo sucedido en sus redes sociales y así buscar apoyo para localizar su camioneta Kia Soul 2018 con placas JPU-6071. Además, dijo que los asaltantes le habían hecho cargos a sus tarjetas en Tonalá y que también se habían llevado sus teléfonos.
Un día antes, el viernes 22 de mayo, este reportero fue testigo de cómo un par de hombres, a bordo de una motocicleta, le arrebataron sus celular a un joven que salía de la tienda Soriana, ubicada en avenida Juárez y González Martínez, en el Centro de Guadalajara.
Los asaltantes venían sobre Juárez, en sentido contrario, y pese a que segundos después de lo ocurrido buscamos detener a varias patrullas que transitaron a metros del delito, ninguna lo hizo.
Esa misma noche, una hora más tarde, en el cruce de Pedro Moreno y Enrique Díaz de León, mientras pedía un viaje de plataforma, otros dos motorratones me interceptaron a mis espaldas sin haberme dado cuenta de cómo me habían acorralado.
Lo que había presenciado minutos antes, afuera de Soriana, me permitió estar alerta, así que el salto que di hacia atrás evitó que los criminales me arrebataran el celular. Ellos aceleraron tras verse frustrados y yo corrí por las calles por donde circulan decenas de patrullas que no son más que adornos.
Estos tres casos son tan solo algunos de los delitos del fuero común que siguen ocurriendo en México, a pesar del aislamiento social ocasionado por la Covid-19.
Y aunque la autoridad asegura que estas incidencias se han reducido en todo el país, la realidad es que pueden aumentar drásticamente tras la precariedad económica que también ha impactado al crimen organizado y el semi-organizado.
Esto lo explica el profesor investigador de la División de Estudios Jurídicos del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), Francisco Javier Jiménez Reynoso.
«Existe la verdad estadística (la oficial) y la verdad de lo que se vive en las calles; ambas son muy diferentes, porque en ocasiones es complicado que un ciudadano tenga éxito tan sólo en presentar una denuncia«.
Las autoridades sólo reportan las denuncias ciudadanas, que se logran cuando el ciudadano logra burlar todas las trabas que le pone el primer respondiente, que en ocasiones es el ‘primer escondiente’ o ‘evadiente'», compartió el académico.
Recordó que los policías (que fungen como primeros respondientes) se esconden para no llegar al lugar de los hechos y así evadir su responsabilidad, tal como este reportero constató con el joven asaltado afuera de Soriana.
«A veces también buscan persuadir al ciudadano a que no denuncie. Esta desatención logra una reducción de delitos, estadísticamente hablando, mas no real».
«Lo más probable es que haya un disparo exponencial de delitos; lo que sí se dispara es la percepción de que hay más delitos en la calle».
Según datos oficiales, ya entrada la cuarentena, en todo el país se registraron 111 mil 547 delitos durante abril. Esta cifra rompió la tendencia a la alza que se presentaba en meses anteriores:
- 165 mil 720, en enero.
- 167 mil 558, en febrero.
- 168 mil 826, en marzo.
Esto, de acuerdo al reporte mensual de Incidencia Delictiva del Fuero Común 2020, del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Dicho reporte se crea a partir de la información que proporciona cada entidad de México a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de la Federación.
En el caso de Jalisco, en el primer cuatrimestre de 2020 la autoridad registró 42 mil 537 delitos del fuero común:
- 11 mil 836, en enero.
- 11 mil 29, en febrero.
- 11 mil 145, en marzo.
- 8 mil 527, en abril.
Criminales buscarán nuevas estrategias
El académico del CUCSH explicó que al no haber tantos ciudadanos en las calles, los integrantes del crimen organizado y semiorganizado «buscarán nuevos mecanismos y formas para robar».
«Ya se está notando que comienzan a atacar en las mismas casas y por supuesto que se diversificaron, como con el robo de identidad y los delitos cibernéticos, en el que México es líder en este tipo de delitos«, ejemplificó.
Aseguró que la delincuencia va a redireccionar su modus operandi, en virtud de lo que estamos viviendo. «Las antes víctimas están ahora en sus casas y los depredadores andan sueltos y desesperados buscando a las presas y si éstas no están en la calle, buscarán formas para robar».
Ante la incompetencia de las autoridades, sólo queda prevenir
En el reporte Incidencia Delictiva del Fuero Común 2020 se afirma que los delitos del fuero común más comunes son contra el patrimonio (se reportaron 294 mil 239 casos, de enero a abril de 2020).
Para evitar ser víctima de estos casos, Jimenez Reynoso llamó a la ciudadanía a tomar precauciones:
- No vivir de forma ostentosa.
- Implementar medidas como instalación de cámaras, alarmas o faros con sensores de movimiento.
- Procurar la organización vecinal y reportar personas sospechosas.
- Cambiar las rutas de movilidad, ya sea caminando o en vehículos, para evitar ser estudiado por los criminales.
- Al estar en la calle, siempre estar alerta, no distraerse, no llevar el celular en la mano.
«Existe la delincuencia común y la semiorganizada, que no son parte de un cartel, pero sí se organizan hasta 10 personas, como los motorratones, que son pequeñas células».
Por otro lado, dijo que los efectos de la pandemia también provocarán que aumenten casos del llamado robo famélico, que es el que se hace por necesidad extrema, por hambre o que tienen que llevar el pan a su casa.
«Va a ver muchos mexicanos con necesidad, porque habrá bastante desempleo. Es necesario hacer un llamado a las autoridades para que generen las condiciones de trabajo, y para que las empresas también, para que puedan emplear a persona que puedan ganarse el dinero dignamente y no delinquiendo», expresó el investigador del CUCSH.