La destructora mano del hombre

La temporada de lluvia daña la infaestructura. La falta de previsión y la escasa inversión estatal maximizan los daños por el temporal

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Eric Sepúlveda / Agencia Reforma

Como cada temporada de lluvias, también en este año el estado de Jalisco registró graves afectaciones tanto a infraestructuras y asentamientos humanos, como pérdidas de vidas humanas, debido a deslaves e inundaciones provocados por el desbordamiento de sus cursos de agua. Si por una parte no se puede limitar la violencia de los fenómenos atmosféricos, por otra se podrían mitigar sus efectos. En cambio es justamente la intervención del hombre en el medio ambiente, la que hace que se agraven las consecuencias de estos eventos catastróficos.
“Se incrementa el problema de las inundaciones y el deslizamiento de sedimentos debido a una mala planeación, y aumenta la respuesta de la cuenca ante estos fenómenos, debido a la perdida de la cubierta vegetal”, comentó al respecto el doctor Luis Valdivia Ornela, investigador del Departamento de Geografía, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades.
Agregó que “cuencas muy importantes como el Ameca, por ejemplo, han tenido un cambio de uso del suelo muy fuerte en los últimos años, y esto, que está asociado a la perdida de cubierta vegetal, lo que hace es incrementar la cantidad de agua que escurre y los sedimentos que arrastra, y puede dañar estructuras importantes, como puentes.
“Atrás de esto tenemos a la mano del hombre, ya sea por una mala ocupación del territorio, ya sea por una mala explotación de los recursos naturales”. Otro problema grave, es la subestimación de los cálculos hidrológicos: “esto se hace de manera consciente, debido a que no quieren gastar para construir infraestructura que responda ante lluvias muy intensas”.
En particular los puentes se convierten en puntos críticos, constituyéndose en embudos y diques que pueden incrementar el problema de inundaciones: “En zonas donde la urbanización es muy intensa, la integridad del cauce se pierde debido al corte constante de estos canales naturales por el trazo de caminos, carreteras o infraestructuras”.
Este problema afecta a zonas urbanas y en particular peri-urbanas, añade el investigador. “La integridad de los cauces se está perdiendo sobre todo en El Salto, Tlajomulco, Tlaquepaque, donde se está incrementando considerablemente la probabilidad de una inundación repentina con mayores niveles de daño a la población y a sus bienes”.

Zonas de riesgo
Las zonas del estado donde históricamente se registra mayor incidencia de fenómenos peligrosos asociados con la temporada de lluvias, son Atotonilco, Arandas, Ayotlán, Chapala, Jocotepec, Ciudad Guzmán, Puerto Vallarta y la ZMG, donde se presentan con más probabilidad tormentas locales severas, es decir precipitaciones arriba de 100 milímetros por hora.
En este año las afectaciones más graves, con al menos 10 víctimas por arrase y tres electrocutados por relámpagos, se tuvieron en la parte costera, en la zona serrana de Mascota y San Sebastián del Oeste, en Chapala e Ixtlahuacán de los Membrillos y en el área metropolitana de Guadalajara.
Destacan el colapso el lunes pasado de un puente en Vallarta, importantes deslizamientos en el camino que va de Talpa al Cuale, y en el camino corto Guadalajara-Puerto Vallarta, “donde tenemos registro de constante fenómenos de este tipo, debido al tipo de trazo que se realizó y a las insuficiencias técnicas que nosotros consideramos que presenta esta vía”, dijo al respecto Valdivia Ornela.
Sin embargo, agregó que “los mayores daños los tenemos en Chapala, en los poblados de Atotonilquillo y Atequiza, donde hace 15 días alrededor de mil familias resultaron afectadas por una inundación muy fuerte, y en este año es la segunda ocasión que sufrieron sucesos de este tipo debido a las intensas precipitaciones”.
Concluyó que “deberíamos necesariamente tener una política diferente de ocupar el territorio, porque los cambios climáticos están acentuando el problema de la distribución de la lluvia, y consideramos que en estas latitudes va haber más tormentas severas. El patrón común contempla tres o cuatro por temporada, pero ya en este año aumentaron considerablemente, según datos de la CNA, y esto hay que contemplarlo en la urbanización; lamentablemente no se está haciendo”.

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