La huella inconfundible de Rafael Cauduro en el MUSA

La exposición “Un Cauduro es un Cauduro, (es un Cauduro)”, se podrá apreciar del 22 de marzo al 23 de junio de este año en la planta alta del recinto

La reciente exposición en el Museo de las Artes de la UdeG (MUSA), Un Cauduro es un Cauduro, (es un Cauduro), reitera la huella inconfundible del pintor Rafael Cauduro (1950-2022): fascinado, crítico y descarnado con su época, y con un dominio técnico capaz de representar el deterioro de las cosas y de sus protagonistas.

De baldosas agrietadas, muros a punto del colapso, alcantarillas, regaderas herrumbrosas y pisos de baño que vieron mejores tiempos mezclados con telas ejecutadas al óleo, acrílico o mediante estructuras mixtas, surgen los personajes suspendidos en capas de óxido y polvo en el trance de las cosas que siempre vemos caer.

La curadora de la expo, Alesha Mercado, apuntó que desde el inicio de la carrera de Rafael Cauduro como caricaturista en los años 70 evidenció su interés por lo social y lo político, y su afán de denuncia de las injusticias. 

“Poco a poco fue desarrollando un estilo único, ajeno a lo que entonces se producía en México. Sus intereses sociales y políticos están presentes desde sus primeras creaciones y, podríamos decir, la expresión más contundente de esta lucha es el mural Siete crímenes mayores, inaugurado en 2009 en la Suprema Corte de Justicia de la Nación”, dijo.

A lo largo de 50 años y hasta su muerte (diciembre de 2022), Cauduro hizo aportaciones innovadoras en el uso de materiales y la introducción de temáticas y modos de representación, donde cuestiona las normas establecidas y los problemas que como sociedad no hemos resuelto y que están reiterados en su obra: machismo, discapacidad, pobreza, marginación y migración.

La Directora de la Casa-Estudio Rafael Cauduro, Liliana Pérez Cano, celebró el recorrido de la obra del pintor a lo largo del país que, al mismo tiempo, es un homenaje y tiene la intención de inspirar a las nuevas generaciones de artistas por el alto contenido social de su obra.

“Él hizo una denuncia constante, de lucha por la igualdad y los derechos humanos, levantó la voz por aquellos que no la tienen. A lo largo de su carrera, Cauduro mantuvo un compromiso constante con su visión artística explorando temas sociales, políticos y culturales con una perspectiva única”, declaró Pérez Cano, quien hizo eco de las palabras del pintor sobre su propósito en la pintura: la percepción técnica no lo es todo, sino la frescura, novedad y capacidad para descifrar con elocuencia los sentimientos sin conciencia.

El arte no es competencia, como quisieran ser los premios o las bienales; no hay campeones mundiales, hay espíritus que se conmueven, y nada más”, citó.

La Directora del MUSA, Maribel Arteaga Garibay, resaltó el que este pintor autodidacta usara materiales poco usuales como soporte de lo efímero. “Rafael Cauduro habla fuerte y de frente: a pesar de la belleza de sus fórmulas plásticas, el impacto y la crudeza de los temas que retrata, provoca que nuestras emociones vibren por caminos misteriosos”, dijo. 

Para Arteaga Garibay la obra de Cauduro se centra en lo caduco y, por ello, escapa de nuestras manos, aunque congela movimientos de bailarinas, personajes en éxtasis sexual, de sufrimiento o de agonía; fragmentos de los universos que recorren la mirada y se pierden en los laberintos, galerías y grietas de las obras. 

“El mensaje y la palabra se ocultan o revelan, resaltan guiños hacia los progresos de la ciencia y homenajes para acordes de importantes compositores. Desde las intensas descargas de un éxtasis hasta la más apremiante zozobra de quien vive en angustia, sus creaciones son para volverse a ver y para perderse en ellas”, finalizó Arteaga Garibay. 

Un Cauduro es un Cauduro, (es un Cauduro) podrá apreciarse del 22 de marzo al 23 de junio en las salas 5, y de la 8 a la 14 en la planta alta del MUSA.

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