La voz de la resiliencia

El ruido de las demás mesas queda opacado mientras Zaira alza la voz para responder y, por un momento, no puedes prestarle atención a otra cosa.

Proveniente de un pueblo llamado San Julián, Jalisco, Zaira Jacquelin Cruz Rodríguez descubrió desde pequeña edad su habilidad para cantar. “Cuando estaba en misa, siempre me ponía a cantar, y todos se me quedaban viendo, yo me sentía rara y le preguntaba a mi papá por qué lo hacían, él me respondía que era porque gritaba mucho”. 

En fiestas infantiles siempre se ponía a cantar, principalmente a petición de sus familiares, y más adelante ingresó al coro de la iglesia. “Empecé a desenvolverme ahí, pero me decían que cantaba muy fuerte, y un coro es para que se escuchen las voces de todos, no para que resalte una en especial”.

Contando con influencias musicales como Juan Gabriel, Vicente Fernández y Aida Cuevas, al crecer comenzó a tener más confianza en ella y en su talento para la música; con el apoyo de familiares y amigos, se inscribió en un concurso local de su pueblo, en el que ganó el tercer lugar. Sin embargo, su voz no pasó desapercibida, pues la contactaron del Mariachi Internacional “Luceros de San Julián”, con quienes comenzó su carrera musical teniendo tan solo 15 años. 

Años después, cuando ese mariachi se disolvió por diversas circunstancias, fue contactada por el Mariachi Juvenil de San Miguel el Alto, con quienes tuvo diversas presentaciones en eventos importantes de la región de los Altos de Jalisco, compartiendo escenario con figuras como José Julián y Federico Villa.

A pesar de la trayectoria musical que ha construido, Zaira sigue teniendo sus propias luchas antes de salir al escenario: la ansiedad. “Antes de tocar, se me ponían las manos muy resbalosas, no podía ni siquiera agarrar el violín, sentía que tenía que salir a correr, y dejé de hacer varias cosas, también dejé de estudiar como por seis o siete años, por lo mismo, era más fuerte mi miedo de estar en un salón, rodeada de muchas personas” comenta.

Sin embargo, ella ha seguido adelante, con  apoyo médico, de amigos y familiares, y claro, también el de ella misma. “Considero que mi logro más significativo es combatir mi enfermedad mental” menciona. “La mente es muy poderosa, pero también las ganas de no querer rendirte. Trato de decirme que todo va a estar bien, y una de mis motivaciones para empezar a estudiar es que desde chiquita siempre he querido ayudar a los demás, y escuchaba que los psicólogos ayudaban a las personas”.

Con esa motivación, hace dos semestres entró a las aulas del CULagos para comenzar con su carrera en Psicología, y ya es fácil distinguir su voz por los edificios al escucharla hablar, pero es más fácil quedar cautivado por ella cuando la escuchas cantar por primera vez.

Actualmente, Zaira equilibra las responsabilidades académicas con sus responsabilidades musicales, al ser fundadora de un grupo versátil bautizado como “Eco”, con presencia en su pueblo natal; pero también acude a los ensayos del siguiente grupo del que formará parte, aquí en la ciudad de Lagos de Moreno. “En ocasiones se me atraviesan los horarios en los que trabajo en la música y en los que debo estar en la escuela, y es pesado, pero la vida no se va a detener, es imposible que no te canses, pero nos tenemos que acoplar y dar nuestros espacios para cada cosa”, concluye.