La mirada que perturba

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La fantasía, el cuento de detectives y el cuento psicológico se mezclan en Mudo espío, de Fernando de León, en que la sensación de acecho o de ser acechado predomina a lo largo de los nueve cuentos que publica Libros Magenta, dentro de la colección Narradores de la ciudad.
Su elaboración no tuvo un proceso lineal. Más bien fueron cuentos rezagados y que luego Fernando de León se dio cuenta de que estas historias formaban por sí mismas un libro.
El cuento más antiguo es “El círculo”. Data de 1997 y el más reciente, escrito hace año y medio es “Manual de comportamiento fantástico”. Este fue incluido en la antología Sólo cuento, en el tomo 1, editada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La trama del segundo relato transcurre en 2121, en una ciudad llamada G, pero que podría ser la Guadalajara del futuro. Después de la extinción masiva de animales en el año 2077, los genetistas se aplicaron a la tarea de crear especies de-saparecidas. La ingeniería genética permitió a los científicos dar vida a cualquier tipo de seres, incluidos los mitológicos, como grifos, dragones y sirenas. En ese futuro existen personajes que se asombran y sucumben a la tentación de perseguir criaturas que les fascinan, como el caso de un taxista que quiere ser presa de una gigantesca ave roc.
El relato, además de fantástico, tiene un toque de ciencia ficción. El marco de la historia es futurista, pero a la vez actual, ante los progresos de la genética a pasos agigantados.

Lo policiaco y fantástico
Fernando de León considera que en su libro están privilegiados los procedimientos policiales con temas fantásticos, ya que aun en los cuentos que tratan estos temas, como “Manual de comportamiento fantástico”, hay una búsqueda, investigación y un asunto por resolver, al igual que cualquier cuento policiaco. La intención del libro es mezclar estos dos géneros. Claro, que en el camino fueron añadiéndose otro tipo de cuentos.
Fernando de León tomó como inspiración un fragmento de “Nocturno”, de Carlos Pellicer para titular su libro y lo incluyó a manera de epígrafe: “Entre la selva enorme de la hierba/ la hormiga y una gota de rocío/ —todo el cielo y la tierra— mudo espío/ y alguien inmóvil y voraz me observa”.
El libro fue publicado a finales del año pasado, despertando interés de parte de la crítica. Publicaciones como Nexos y El Universal, lo incluyeron en las listas de lo mejor de 2011, señalando como uno de sus atributos el seguir la tradición, es decir, a autores clásicos.

Guiños e influencias
En Mudo espío, Fernando de León hace un homenaje directo a Gilbert Keith Chesterton (1874-1936) y Arthur Conan Doyle (1859-1930). También puede notarse la influencia de Jorge Luis Borges (1899-1986) y Edgar Allan Poe (1809-1849).
En “Una aventura obscura”, el escritor retoma al personaje de Watson, que ya perdió contacto con el detective Sherlock Holmes. El doctor ya es un hombre viejo, ciego y cansado. Es amigo de Lestrade, veterano inspector de Scotland Yard, a quien le ayuda a resolver casos. El doctor tras muchos años de contacto con Sherlock, desarrolló habilidades deductivas. Lestrade le plantea a su amigo el caso de un asesino en serie que mata sin un aparente patrón. Watson descubre cuál es.
En “Los perdonados”, Fernando de León recoge la figura del padre Brown, un personaje de ficción creado por Chesterton. Se trata de un cura católico de gran agudeza psicológica, lo que lo convierte en un excelente detective.
“Los perdonados” sigue las líneas marcadas por Chesterton en muchos de sus cuentos. Él sostenía que ante un problema que no podíamos reconocer o inexplicable, siempre había una solución explicable. En este caso, el misterio es porqué un hombre no puede ser ahorcado, cuál es la fuerza que impide que las puertas colocadas a sus pies se abran para que sea lanzado al vacío y muera.
“Historia de una mirada” tiene sabor a Allan Poe por sus atmósferas y la tensión que predomina a lo largo de todo el cuento. Sin embargo, Fernando León confiesa que al escribirlo realmente pensaba en Juan José Arreola, en quien detecta una enorme influencia de Poe.
Con “La muerte del Fénix” concluye Mudo espío. Trata de una investigación emprendida por Olsen para descubrir porqué Bertoldo se suicida, algo muy extraño, de entrada. Los métodos de investigación no apelan a los métodos policiales realistas.
Fernando León es autor, además, de la novela Historia de lo fijo y lo volátil (2010). Entre sus libros de cuentos se encuentran La estatua sensible (Tierra Adentro, 1996) y La obscuridad terrenal (Universidad de Guadalajara, Viento Norte 2001).
Fernando León presentó Mudo espío, dentro del marco del V Foro de novela negra, en el Museo de la Ciudad.

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