Hasta ahora, la meta de la educación básica en México es la alfabetización de la población, pero es necesario que forme lectores capaces de escribir. Eso requiere cambios en los programas de estudio y en la estructura de la enseñanza, afirmó el promotor de la lectura y académico de la Universidad Nacional Autónoma de México, el escritor Felipe Garrido.
Explicó que una cosa es estar alfabetizado: ser capaces de repetir las palabras que hay en un texto; y otra es ser lector, es decir, lograr esforzarse por construir la comprensión del texto.
El sistema educativo mexicano ha puesto énfasis en la alfabetización y los resultados han sido óptimos. En un lapso de 45 años el porcentaje de personas analfabeltas de 15 y más años bajó de 25.8 por ciento en 1970 a 5.5 en 2015.
Felipe Garrido destacó que hay que poner énfasis en la comprensión de los textos. Esto es esencial en un contexto de baja comprensión lectora. En México sólo dos de cada diez lectores comprende totalmente el contenido que leyeron; seis de cada diez comprenden una gran parte, y dos de cada diez sólo la mitad o muy poco de lo que leen, y solamente el 37.6 por ciento de la población consulta fuentes como diccionarios, enciclopedias o internet para incrementar la comprensión de textos.
El escritor Alfredo Ortega destacó que es necesaria la comprensión de lo que se lee, sobre todo en los estudiantes de educación superior. Sin embargo, hay alumnos de primer semestre que no comprenden los textos y redactan ensayos escolares de manera deficiente.
“Son muchachos que se han escolarizado durante al menos doce años y no dominan la lengua que aprendieron de sus padres; además, no pueden expresarse con claridad en un texto escrito y no comprenden todo lo que leen. De no superar estas deficiencias, las arrastrarán el resto de su vida”.
Lo anterior, lo expresaron al participar en el conversatorio entre escritores “Fomento a la lectura en México: retos y perspectivas”, realizado en la Librería Carlos Fuentes de la Universidad de Guadalajara, en el marco del Tercer Festival Literario “Vivamos la fiesta de los libros”, organizado por la coordinación de Innovación Educativa y Pregrado (CIEP).
Garrido destacó que las escuelas son los lugares donde tienen que formarse ciudadanos adictos a la lectura, y explicó que desde hace 60 años la educación ha ido en declive permanente, pues entre otros factores fue eliminada la gramática como materia y agregó que es urgente la formación de lectores que sean capaces de escribir. Esto es cuestión de vida o muerte y una de las mayores necesidades que tiene el país.
Mencionó que la responsabilidad de salvar a la nación y formar alumnos como lectores la tienen los maestros, y parte importante de esa salvación está también en la poesía, que es lo más elevado que se puede hacer con el lenguaje.
“Más allá de la poesía no hay nada; de ahí la importancia de convertirnos en celosos lectores de poesía”, dijo y recomendó que se lea un poema al día.
El escritor Gonzalo Celorio, director de la Academia Mexicana de la Lengua, destacó que la actitud del lector cambia cuando lee poema, cuento y novela.
“Me parece que los dos primeros géneros están mucho más cerca entre sí, ya que implican concentración en la lectura. No puedo leer fácilmente un cuento o poema en una hamaca, y en cambio sí una novela”.
En cuanto al poema, explicó que puede tener en los recuerdos personales interpretaciones distintas, y ésa es la apertura de la poesía. Esta tiene resistencia a la significación precisa porque en eso consiste su apertura y la posibilidad de renovarse en cada lector que la ve diferente.
Resaltó la importancia de fortalecer al magisterio y destacó que la educación requiere del lenguaje, ya que éste es un medio de conocimiento.
“El lenguaje es la manera que tenemos de aprehender el mundo, de distribuirlo y organizarlo, y es una gran facultad humana que nos diferencia de otras especies”, dijo.
En cuanto a la lectura, sostuvo que es la única manera que se tiene de entender la realidad. “La lectura es poner el brazo y estar dispuestos a la transfusión de sangre”, expresó.
El poeta Jorge Souza dijo que el ahondar en la lectura da a las personas algo de oscuridad, en el sentido de que les permite ver que desconocen muchas cosas.
Dijo que el lenguaje es un instrumento legado por generaciones anteriores que permite tener diferentes perspectivas de la realidad y añadió que la literatura no es una cuestión secundaria, sino que es fundamental para que se profundice y enriquezca la forma de ver el mundo de cada persona.
¿Por qué leemos?
Felipe Garrido señaló que durante el proceso de lectura hay una apropiación del libro por parte del lector.
“Los libros empiezan siendo del autor y, finalmente, acaban por ser del lector, cuando el texto le dice algo y lo empieza a leer con su propia voz”.
Dijo que el ser humano está condendo a una sola experiencia vital, y agregó: “Vivimos una vida, lo que no es suficiente. Es muy poco. Las oportunidades que tenemos de experimentar sensaciones, atrevimientos, miedos, fracasos son escasas en una sola vida, entonces tenemos esa opción que es la literatura, a través de la cual nos queremos convertir en otros mientras leemos y la tentación es inmensa”.
Gonzalo Celorio destacó que la novela tiene como base un conflicto que no se resuelve en una plática de sobremesa, ni en el diván del psicoanalista y tampoco la literatura lo soluciona.
“Leemos novela como unos masoquistas que buscamos siempre conflictos ajenos que hacemos propios. ¡Es una especie de locura, de sinsentido y despropósito! ¿Por qué queremos leer las infidelidades de Madame Bovary? Somos unos voyeristas obscenos que estamos ‘viendo’ lo que les pasa a los otros sin ser vistos, porque esa es la gran magia de la novela”.
Los lectores de novela se enteran con detalle de todo lo que le ocurre a los personajes, sus motivaciones íntimas, lo que ocurre en su fuero interno e incluso las mentiras que dicen.
“Leemos porque al comprar los conflictos ajenos nos sentimos parte del universo, ya que los conflictos de los demás, que son los que plasma la literatura, son universales y afectan a todos”.
Recalcó que hay una diferencia entre el género lírico y el narrativo, y añadió que la poesía es mucho más fecunda en los jóvenes, en términos generales, porque recurre al expediente de la imaginación, que es más fértil en esa etapa de la vida, a diferencia de la novela que es un género de madurez, ya que en este caso recurre el novelista al expediente de la experiencia.
El escritor Alfredo Ortega, por su parte, explicó que la literatura es fundamental para que la gente enriquezca y profundice sobre la forma del ver el mundo.