La polémica de la tecnología

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El Consejo General del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) de Jalisco buscaba la adquisición de 10 mil 400 urnas electrónicas para la recepción del voto, durante la jornada electoral de julio de 2012. Sin embargo, aún ante cuestionamientos y dudas por este sistema, el pasado 30 de septiembre se decidió instalar en 12 por ciento de las casillas, de las nueve mil 372 casillas totales. Por lo que serán mil 51 urnas electrónicas.
La votación con urna electrónica ya ha sido desechada en países como Alemania, Holanda, Irlanda debido a las fallas detectadas en el sistema que hacen vulnerable el conteo de los sufragios, así como la secrecía del voto, tanto que se ha demostrado que puede ser monitoreado con tecnología relativamente simple.
Alrededor del mundo han surgido organismos civiles que promueven el rechazo a las urnas electrónicas. En Estados Unidos, el voto electrónico no es generalizado. De acuerdo a expertos de algunas instituciones prestigiadas del mundo, como el Instituto Tecnológico de Massachusetts y la Universidad de Princeton, han demostrado la debilidad de los sistemas y los peligros subsecuentes, pues aseguran que el tradicional voto en boletas de papel siguen siendo el método más seguro confiable y auditable para la democracia.
La maestra Carmen Rodríguez Armenta, Coordinadora general de Coordinación General de Planeación y Desarrollo Institucional (COPLADI), de la Universidad de Guadalajara opina que introducir un medio entre el ciudadano y la boleta final es muy complicado. “No tendrán la seguridad de qué va a pasar en la urna electrónica para que vaya salir su voto real”.
Esta desconfianza está justificada también desde el punto de vista informático: “Un medio como este técnicamente puede ser totalmente trazable y manipulado. Con la urna electrónica, si te dan un código, aun si hay un algoritmo que lo modifica para que no se sepa quien dio ese determinado voto, siempre hay una manera para que este algoritmo, con una fórmula matemática, se regresé y se pueda saber quién votó por quien. La maravilla de los sistemas informáticos, es que lo que construiste, lo puedes destruir con los mismos procesos lógicos”, dijo Rodríguez Armenta, quien es miembro de la Academia mexicana de informática.
Explicó que para evitar la manipulación de los votos, se necesitan sistemas de eficientes sistemas de seguridad para asegurar que personas externas puedan penetrar en el sistema. Y sobre todo compartir claves e información entre diferentes personas de varias instancias para poder tener acceso a los datos finales.
“Yo no estoy cierta de que esto se esté generando en el Instituto Electoral. Hace falta que éste invite a los diferentes actores sociales y expertos en la materia para revisar conjuntamente el proceso y que hagamos pilotaje y pruebas sobre el sistema de seguridad”.
“Una incorporación inadecuada de la tecnología a la vida de los jalisciense podría ser contraproducente si no se cuidan aspectos como la socialización de estos medios entre la población y la promoción de la confianza hacia ellos por parte de los ciudadanos”.
Sobre todo en un país como México, donde solamente el 29 por ciento de la población tiene acceso a Internet, del cual el 50 por ciento se encuentra entre los 12 y los 24 años de edad. “El otro 50 por ciento está en el grupo de edad que somos precisamente los que votamos, muchos de los cuales apenas están en contacto con medios electrónicos”.
Comenta que ha habido ya en el país grandes proyectos tecnológicos con fuertes inversiones, como por ejemplo Enciclomedia, que fracasaron por la falta de capacitación, de cuidados técnicos y de acercamiento con los ciudadanos. “Implementar un proceso que no está bien cuidado puede resultar peor”.

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