Max, un mediocre empleado de una agencia de autos, recibe de pronto la noticia de que padece cáncer terminal. Por ese motivo le roba dinero a su jefe y decide pasar los últimos días de su vida en algún paraíso situado en México.
El azar de un accidente de tráfico lo conduce a una granja de cerdos administrada por Emma, una muchacha arisca, solitaria y agobiada por sus deudas económicas.
Emma mata a los cerdos a su manera, abrazándolos con ternura, hasta que se desangran. Para ella la llegada de Max constituye una suerte. Es el tipo de hombre con el que siempre ha soñado y encima trae dinero. Max acaba seducido por la forma de ser de Emma y hasta se olvida de su enfermedad, pero esta avanza irremediablemente.
