Laboratorios todavía no recomiendan las vacunas para embarazadas

Las mujeres encinta no han sido incluidas en los ensayos clínicos, por lo que especialista de la UdeG afirma que tienen que reforzar las medidas preventivas debido a sus factores de riesgo ante la COVID-19

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Las mujeres embarazadas corren un riesgo alto ante la COVID-19 por lo tanto deben ser muy cuidadosas en seguir las medidas preventivas y no es recomendable que se vacunen hasta que los laboratorios indiquen lo contrario, afirmó María Elena Pajarito Melchor, adscrita a la Coordinación General de Vigilancia Epidemiológica, ubicada en la unidad Fray Antonio Alcalde del Hospital Civil de Guadalajara (HCG).

Explicó que las embarazadas tienen tendencia a hemorragias o trombosis, además de una disminución de la capacidad pulmonar, lo que ocasiona que fácilmente se fatiguen y tengan una sensación de falta de aire, ya que el producto está presionando el diafragma, el cual a su vez presiona los pulmones y disminuye la capacidad pulmonar de las mujeres, y si éstas enferman de COVID 19, tienen más riesgo de complicación pulmonar.

La COVID-19 provoca inflamación en todo el organismo, incluyendo hígado, riñones y cerebro. En el embarazo esto se puede potencializar, y entonces las mujeres correrán mayores riesgos de falla múltiple (de varios órganos), con posibilidad de un desenlace fatal.

Destacó que en este sector de la población se debe tener cuidado al recetar los medicamentos, y no se puede recurrir a un tratamiento agresivo, lo que dificultaría el manejo de la COVID-19.

Cuando baja la saturación de oxígeno de la embarazada el futuro bebé puede sufrir hipoxia, es decir una baja de oxígeno en la sangre. Por otro lado, la fiebre de la mujer puede favorecer un parto prematuro.

Explicó que el futuro bebé recibe irrigación sanguínea, oxigenación y nutrientes a través del cordón umbilical, además de la placenta, y la disminución en la oxigenación puede desencadenar incluso una muerte fetal.

“Cuando baja la oxigenación y es crónica, puede haber una restricción en el crecimiento y desarrollo de sus órganos, pero todavía no hay una malformación asociada a la COVID-19”.

Explicó que un niño o bebé que no tuvo perfusión (irrigación) sanguínea adecuada y suficientes nutrientes en la etapa de embarazo, podría tener disminución cognitiva y falta de un crecimiento y desarrollo normal.

“Son bebés que cuando son llevados a consulta pueden tener peso y talla disminuidos, y se puede requerir un trabajo de estimulación temprana para contrarrestar efectos durante la etapa uterina”.

Explicó que no se tienen descritos abortos relacionados a COVID-19, sin embargo no se descarta la posibilidad.

Aconsejó a las mujeres embarazadas acudir a sus consultas para control, tener una alimentación saludable, tomar los multivitamínicos prescritos, seguir las recomendaciones del médico, y tomar las medidas para evitar infecciones de vías urinarias.

“Ellas tienen que estar lo más saludables posibles para en caso de contagio, tengan menos complicaciones”.

Sobre las vacunas

Foto: Com. Soc. UdeG

Los laboratorios que producen las vacunas contra el COVID 19 no incluyeron en sus ensayos clínicos a mujeres embarazadas, y por lo tanto no hay un seguimiento sobre lo que puede pasar después de aplicarles la vacuna. Por el momento los laboratorios no recomiendan la aplicación de la vacuna en este segmento de la población.

“Cuando se aplican medicamentos a mujeres embarazadas hay que revisar que no tengan toxicidad hacia el embrión, y más en el primer trimestre de embarazo, que es cuando están en formación sus órganos, cerebro y columna vertebral, a diferencia del último trimestre cuando ya está formado el bebé y sólo crece”.

Si es revisada la lógica del mecanismo de acción de las vacunas, tanto de ARN mensajero y vector viral, aparentemente no debería haber un riesgo para el embrión. Sin embargo, no se tienen los resultados de un seguimiento para ver qué pasa, tanto en embriones o fetos como embarazadas.

Por lo que no se recomienda todavía la vacuna, ni si quiera en los último trimestres de embarazo, cuando ya está formado el bebé.

Destacó que hay mujeres que ignoraban que estaban embarazadas y se pusieron ya la vacuna en otros países, y a esos casos se les está dando seguimiento, el cual durará hasta el término de estos embarazos para registrar lo que pudiera suceder.

Aclaró que hay laboratorios que están incluyendo otro tipo de poblaciones como mujeres embarazadas, además de menores de 16 años en sus investigaciones, pero no se han cerrado los estudios, y por lo tanto no es recomendable que se vacunen.

Las investigaciones en mujeres embarazadas, desde el primer mes de embarazo, tienen que durar hasta el nacimiento del bebé. “Deben transcurrir los nueve meses, y después los datos tienen que ser analizados, entonces tendrá que pasar algún tiempo antes que los laboratorios emitan recomendaciones para las vacunas”.

Si una mujer embarazada quisiera vacunarse tendría que ser asesorada por su médico tratante y firmar un consentimiento especial, en el que ella asegure estar consciente de que la vacuna aún no es recomendada para ella y que se le aplica bajo su propio riesgo.

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