Desde hace más de dos años Pablo y Andrés dedican su tiempo libre a la construcción de catrinas de cartón. Esta actividad ayudó a estos jóvenes neurodivergentes, del Centro Universitario de Tonalá (CUTonalá), a desarrollar sus habilidades motrices y sociales, y ahora su trabajo se exhibe en la planta baja del edificio de Rectoría General de la UdeG.
José Pablo y Andrés de Jesús González Macías son dos hermanos estudiantes de Medicina en el CUTonalá, diagnosticados con el espectro autista, y a través del proyecto piloto del programa de Tutoría Especializada de dicho plantel trabajaron en la creación de 32 figuras de cartón y papel que forman parte de la exposición Las Catrinas.
“Ellos realizan esta actividad como una terapia para integración al entramado social. Las actividades sociales y el trabajo de las tutorías ayudan a formar a nuestros estudiantes fuera del aula con actividades blandas o requeridas para la socialización”, explicó Marcela Hernández Aguayo, coordinadora de Formación Integral de la UdeG.
La exposición incluye 32 catrinas hechas de papel y cartón que fueron creadas por los hermanos desde hace dos años, y en el modelado de cada una de ellas invirtieron hasta dos meses, mencionó José Pablo, estudiante de tercer semestre de Medicina.
“La parte de trabajar con papel maché fue nuestra terapia por los problemas de coordinación que teníamos, y poco a poco se fue convirtiendo en un pasatiempo. La primera vez que expusimos las catrinas fue durante la preparatoria”, detalló Andrés, quien cursa el quinto semestre de Medicina en el CUTonalá.
Un regalo para dar
José Pablo y Andrés dedican la mayor parte de su tiempo a la escuela, pero a menudo trabajan en la creación de artesanías de papel y cartón. Esta actividad, además de ser parte de su terapia, es una forma de elaborar regalos para sus seres queridos, dijo su madre, Irene del Carmen Macías.
“Estas artesanías representan esta alegría dolorosa que hemos vivido al caminar con un diagnóstico tan difícil en un país como el nuestro, y que así se hagan su propio camino”.
La señora González consideró que esta exposición es una manera de fomentar la creatividad de estudiantes con algún tipo de espectro autista u otras condiciones. A través del arte sus hijos pudieron encontrar una forma de desarrollar sus habilidades sociales y motrices, y al mismo tiempo detonar su gusto por el arte.
El trabajo artesanal de ambos jóvenes se complementa, detalló su madre, pues mientras Andrés se encarga de construir la estructura de las figuras, José Pablo elabora los adornos y detalles que engalanarán a las catrinas.
“Ellos encontraron que la imperfección en el arte es lo que lo hace hermoso».
«Su trabajo es la vida misma y ellos mismos; ellos tienen una serie de condiciones que les podemos decir socialmente ‘imperfecciones’, pero es precisamente lo que los hace bellos: ya aprendieron que sus diferencias son los que los hacen grandes”, concluyó.
Las Catrinas estará expuesta hasta el 20 de noviembre, en la planta baja del edificio de Rectoría General (avenida Juárez 976, Guadalajara).