Dos estilos distintos se fusionan en escenas plásticas que retratan a mujeres —tapatías y extranjeras—, en el proyecto titulado “Hembras” y que se expondrá en el Museo de las Artes a partir del 5 de marzo.
Esta muestra presentará el resultado de dos años de trabajo compartido entre Víctor Hugo Pérez y Juan Carlos Macías. Esta colaboración se dio por la admiración mutua entre ambos artistas. Y aunque en un principio no se disponían a pintar mujeres, esto se dio de forma natural, pues ambos han plasmado féminas desde sus inicios. Al principio sólo iban a producir dos piezas, pero el proyecto fue creciendo y durante casi veinticuatro meses han producido cuarenta cuadros. Para la exposición se tendrá la curaduría de Ricardo Duarte.
“Lo que queríamos era hacer dibujos por el puro placer de la realización de la obra y, partiendo de ahí, nos gustó y con apoyo de amigos el proyecto se hizo más grande. Pensamos luego en ocho piezas y ha crecido, y ahora además de la exposición habrá un libro con el registro fotográfico del proceso de realización”, relata Pérez.
A pesar de su estilo tan diferente, y de que Pérez ha sido un notable colorista, ambos discursos y personajes tan disímbolos, lejos de chocar, se complementan e impactan desde la primera vista de estas obras de gran formato, en blanco y negro y con la técnica del carboncillo, en tela y papel.
“Luego de experimentar, definimos que el asunto iba a ser en blanco y negro y en carboncillo, que es regresar al origen. La manera más simple de generar piezas de arte es un dibujo al carbón. Fuimos entendiendo que había que volver al origen. Ahora con tanta tecnología y formas de producir obra, materiales nuevos como acrílicos sofisticados, manipulables, arte digital o composiciones de obra conceptual, no está mal regresar al origen”, señaló Juan Carlos Macías.
En estas piezas se encuentran desde paráfrasis involuntarias de La lección de anatomía del doctor Tulp, de Rembrandt; La última cena, de Leonardo da Vinci, o El desayuno de la hierba, de Manet; hasta escenas características de la vida tapatía, situadas, por ejemplo, en el Barrio de Santa Tere.
“Sabemos que el título de ‘Hembras’ es polémico. En ningún momento dijimos que fuera por cuestiones de elevar la belleza femenina, ni tampoco lo contrario. Es simplemente el gusto de dibujar, como lo hacen en cualquier tema. Los paisajistas hacen paisajes, los retratistas, retratos y nosotros nos gusta e interesa dibujar mujeres, por distintas simbologías. Ahora que el título de ‘Hembras’ causó escozor, como si tuviéramos connotaciones en pro o en contra, y no es así”, relata Pérez.
Macías añadió que el título “Hembras” se decidió porque en la muestra no sólo aparecen mujeres y niñas, sino también animales como perritas o pajaritas y por ello había que buscar un término que englobara. Además de que en esta obra no hay hombres, sino que ellas son las protagonistas.
“El título es estrictamente para envolverlo en una palabra genérica. Hembras inscribe a todos los personajes. Es contundente, porque yo sólo detesto una cosa: la cursilería. Y ese título llama. No somos misóginos, nada más lejano que eso. El género femenino es protagonista en este proyecto”.
