¿Cuántos de nosotros quisiéramos recordar por siempre lo que soñamos? El hábito de despertarse e inmediatamente escribir lo que acaba de vivir en el mundo de Morfeo lo tiene Rafael Villegas (Tepic, 1981) desde que tenía cuatro años de edad.
Este escritor nayarita ha registrado devotamente cada imagen, idea e historia que vivió cuando dormía, llenando así 20 cuadernos en los que ha grabado su intimidad, la más profunda: la que nace en su mente durante el sueño.
El año pasado, Villegas decidió compartirla mediante el libro más personal que ha escrito: Lengua noche, en el que reúne 368 sueños que tuvo entre 1985 y 2019.
Dichas historias son acompañas de 41 imágenes creadas por el propio autor y que refuerzan el argumento de cada una y que van desde lo más lúcido hasta el absurdo.
«En el libro hay un poco de todo, hay sueños brevísimos, de una sola línea, de una sola escena, hay otros muy extensos que tienen incluso una lógica narrativa«, nos comparte Villegas.
La lógica del sueño rompe de todas formas al de la vigilia, son anacrónicos, un personaje puede ser otro a la vez, tienen giros absurdos; todo eso es lo que le llama la atención a Rafael Villegas, porque representa muchas posibilidades.
¿Pero cómo fue que pudo consolidar un hábito de registro, que parece tan complicado?
«Me acostumbré a identificar cuando estoy a punto de despertar y espero unos segundos para rememorar el sueño y en cuanto despierto lo escribo en un cuaderno que tengo al lado o utilizo la grabadora de voz del celular, tengo muchos archivos que a partir de este año comencé a recopilarlos», explicó el escritor.
«El sueño ha sido muchas cosas para las personas a lo largo de la historia; para mí es una posibilidad de escape de mí mismo. Cuando empecé a revisar los sueños de toda mi vida (para este libro) me di cuenta de que eran totalmente ajenos a mí y que comencé a utilizarlos no para conocerme, sino para intentar ser otro».
Rafael Villegas recuerda que, en su infancia, sus sueños eran de aventuras e incluso con mucha influencia bíblica, dado que había crecido en un ambiente religioso. «Había desiertos, estaba muy influenciado por el ‘Libro de Daniel’, en La biblia. Quería tratar de acceder a una posibilidad de mí mismo».
Ahora, tras tantos años de soñar, considera que este estado mental es una rica fuente de inspiración para crear y escribir. «Es ir a la fuente de mi creatividad en estado salvaje».
El autor nos compartió que en la obra el lector se topará con sueños filosóficos, otros más bobos e incluso sexuales: «Mucho de sexo, pero que se mueve a lo perverso, el tabú y lo perverso, ahí está liberado el subconsciente».
«Quise respetar el contenido de los sueños, por más terrible y perturbador que éstos fueran».
A finales de 2019, Rafael Villegas financió la publicación de Lengua noche, mediante una campaña de crowdfunding en kickstarter.com, misma con la que alcanzó con éxito la meta que le permitirá que éste vea la luz este año.
Según Villegas, este libro no se comercializará en librerías, sino en canales de venta alternativos. Por lo que los interesados deberán estar al tanto de la cuenta de Twitter: @Villegas.
Algunos fragmentos de «Lengua noche»
Sueño 1 (1985)
[Según Rafael Villegas, este también es el recuerdo más antiguo que tiene]
Estoy sentado en el sillón verde entre dos cojines: uno con detalles de flores rojas que arden, otro cubierto de ojos que no dejan de verme. El techo de la habitación cae a pedazos sobre mí. Grito aterrado que me salven. Ada toca mi frente y me dice que todo está bien, que es por la fiebre. Le pido perdón por destruir la casa con el fuego que sale de mi cuerpo.
No recuerdo haber despertado de este sueño, que sucedió en medio de una fiebre.
Sueño 344 (09 / 07 / 2019)
Estoy en las ruinas de una hacienda enorme que ha perdido sus techos. Las bardas son gruesas, de tres metros de ancho, y todas tienen agujeros, pequeños túneles que las atraviesan aquí y allá. Úrsula y yo estamos recostados en un nido que han hecho unas aves del pasado sobre un torreón. Ella me dice: «Cada túnel es un observatorio. Cada uno muestra un aspecto distinto de la realidad exterior. Estas ruinas son el Sueño y desde aquí podemos ver hacia fuera, pero no todo, solo lo que los arquitectos de la hacienda querían que viéramos».
Más sobre Rafael Villegas:
Autor de una decena de libros, como Animal verdadero (Ediciones B, 2017) y Apócrifa (Paraíso Perdido, 2017).
Es coantologizador de Festín de muertos (Océano, 2015). Sus cuentos aparecen en antologías como Los viajeros (Ediciones SM, 2010) y Sólo cuento X (UNAM, 2018).
Premio Nacional de Poesía Amado Nervo 2005 y el Premio Nacional de Cuento José Agustín 2009. Becario de Jóvenes Creadores del Fonca (2010-2011 y 2016-2017).
Es doctor en Historiografía por la Universidad Autónoma Metropolitana y trabaja como profesor en la Universidad de Guadalajara.