Jalisco carece de estadísticas confiables que permitan conocer la cantidad exacta de fumadores que habitan en el estado. Sin embargo, se calcula que uno de cada dos jaliscienses fuma o ha fumado.
De acuerdo a cifras de la Secretaría de Salud, al año mueren tres mil 285 personas por complicaciones derivadas del tabaquismo, entre las que se mencionan el cáncer, problemas vasculares cerebrales y afecciones cardiacas y pulmonares.
Para seguir el esquema de protección a los no fumadores y el ejemplo de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, en el Congreso local fue presentada una iniciativa similar, denominada “Ley para la protección de la salud de los no fumadores en el estado de Jalisco”, que se encuentra en estudio en las comisiones de Puntos constitucionales y Salud.
El documento identifica al fumador pasivo como aquel sujeto que aunque no consuma tabaco, está en contacto directo con el humo del cigarrillo procedente de quienes sí lo hacen. Detalla que de acuerdo a investigaciones, el humo de un cigarro emana dos veces más cantidad de alquitrán y nicotina que la inhalada directamente por el fumador activo, lo que implica que el nivel de monóxido de carbono en la sangre de los no fumadores se eleve al compartir una habitación con los primeros.
Ante esta situación, propone prohibir fumar en edificios públicos, áreas cerradas de bibliotecas, hemerotecas, cines, teatros, museos y auditorios a los que tenga acceso el público en general, así como hospitales, guarderías y asilos de los sectores público y privado, tiendas de autoservicio o de servicios, escuelas, transporte colectivo y escolar, y elevadores.
En los establecimientos, las secciones para fumadores y no fumadores deberán contar con comodidades similares, debiéndose colocar letreros visibles que delimiten una de la otra, además de que la sección de fumadores deberá contar con extractores o purificadores y hacer las adecuaciones arquitectónicas y de diseño que se requieran para la mencionada separación, para lo cual, una vez publicada la ley, los dueños contarán con 120 días hábiles como plazo.
Los legisladores consideran imperante establecer sanciones de un monto económico considerable. Las multas propuestas van de 10 a 100 días de salario mínimo y el doble por reincidencia, arresto hasta por 36 horas en caso de repetir la infracción, clausura temporal de establecimientos y trabajos a favor de la comunidad.
El presidente de la Comisión de salud en el Congreso de Jalisco, José Luis Treviño Rodríguez, adelanta que en este mes podrán tener un dictamen y no habrá problema para que la iniciativa de ley propuesta consiga la votación necesaria para su aprobación.
Reconoció que representantes de firmas tabacaleras y restauranteros se acercaron al Congreso por considerar sus intereses dañados, “pero Jalisco tiene que ir avanzando. La secretaría de Salud está de acuerdo. Estamos trabajando juntos y queremos que sea una ley viable, aplicable, equitativa y que realmente prevenga que la gente que no fuma se vea afectada en su salud”.
Treviño Rodríguez advirtió que habrá inconformidades y amparos, pero aseguró que los gastos que el Estado ejerce para reparar los daños ocasionados por el tabaco, en el caso de enfisema pulmonar, bronquitis crónica y cáncer pulmonar, son muy elevados y no los compensan los impuestos pagados por las tabacaleras.
Antitabaco en el mundo
Tres años atrás no había prácticamente restricción alguna para fumar. En 2004, Irlanda aprobó la prohibición de fumar en todos los lugares de trabajo, incluidos bares y restaurantes. Pocos meses después, Noruega hizo lo propio. Le siguieron Suecia, Italia y Malta.
España se sumó en enero de 2006 y se congratula de que a la fecha más de un millón 200 mil fumadores desistieran de seguir encendiendo cigarrillos. La medida fue polémica, por la cultura del tabaco tan arraigada en aquel país.
En Portugal, Francia y Turquía, la ley aplica a partir del 1 de enero de este año. En América Latina, Argentina y Uruguay encabezan la lucha contra el uso del tabaco en espacios públicos.