Tanto en la feria del centro de Guadalajara como en la FIL, las ediciones raras y curiosas, y la diversidad de portadas, son de los principales atractivos de los libros de viejo
Paseando por los alrededores del centro histórico en diciembre, es posible que te hayas encontrado con puestos que se instalan alrededor de la Presidencia Municipal: es la Feria del Libro Usado y Antiguo de Guadalajara, que ya tiene más de diez ediciones y es organizada por la Asociación de Libreros local, a quienes es posible que también te hayas encontrado mientras paseabas, en otras ocasiones, por los pasillos de la Feria Internacional del Libro (FIL).
En el Área de Libro Académico y Especializado de la Expo hay un pasillo con libreros de madera desbordados de las más diversas y pintorescas portadas: libros de autoayuda, historia, esoterismo, novelas, escritos apócrifos, textos escolares, revistas y más. Mauricio González, de la librería Páramo y miembro de la Asociación, dice que esa diversidad de portadas que poseen los libros de viejo son uno de los principales atractivos para su stand, pues no faltan jóvenes tomando fotos, maravillados por ese pequeño rincón que logra resaltar de entre la multitud de libros modernos, algunos con flamantes portadas hechas por inteligencia artificial.
Según explica Mauricio, la Asociación organiza estos dos eventos anuales: la Feria del Libro Usado y Antiguo y su stand en la FIL Guadalajara, como medio para alcanzar a los lectores. El énfasis es obviamente local en la primera, que tuvo su catorceava edición hace un mes, y nacional e internacional en la segunda, aprovechando a los visitantes que se dan cita en la Expo.
Los stands suelen concentrarse en colecciones y enciclopedias, pero también tienen un rubro mucho más especializado que es el de los libros antiguos y raros, donde la solidaridad de la Asociación se pone de manifiesto cuando coordinan esfuerzos para encontrar los libros que se van solicitando. Tomos que atraen a coleccionistas de todo el mundo por esos ejemplares que sólo se pueden obtener en México, como un libro centenario sobre las mujeres en la francmasonería mexicana.
Tampoco faltan los libros autografiados, como un ejemplar de la Colección Nezahualcóyotl del poeta Elías Nandino y que Mauricio comparte con orgullo, mientras comenta sobre ediciones firmadas de Pedro Páramo por Rulfo y de Cien años de soledad (una primera edición) por García Márquez.
Además hay obras de otras partes del mundo. Por ejemplo, José Antonio Mesa Acosta, administrador de la librería «La literata», nos muestra una edición de la Divina Comedia del italiano Dante Alighieri, pero escrita en alemán gótico y datada en 1921.
Toda una sala de tesoros, que se pueden encontrar cada año en los pasillos de la FIL o los portales del Ayuntamiento. O por mientras, esperando las próximas ediciones, en las diferentes librerías desparramadas por las calles de Guadalajara.
Este contenido es resultado del Programa Corresponsal Gaceta UdeG que tiene como objetivo potenciar la cobertura de las actividades de la Red Universitaria, con la participación del alumnado de esta Casa de Estudio como principal promotor de La gaceta de la Universidad de Guadalajara.
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