¿Qué se siente estar loco?, ¿Qué ven los locos? ¿Por qué una persona con algún trastorno se escapa de la realidad? Estas y otras preguntas puede hacerse una persona común y corriente después de haber visto alguna película que toca el tema o después de haber leído la definición en algún libro. ¿En sí qué es estar loco? Para la psicología el término locura desata una infinidad de cuestiones y se puede medir desde distintos ángulos. Todo depende de los síntomas que presente el individuo. En el mundo del arte la locura abarca otros ámbitos y se basa plenamente en la pérdida de la razón, tal cual lo retrató la dramaturga y directora inglesa Sarah Kane en su obra: 4.48 psicosis.
Sarah Kane se suicidó a la edad de 28 años y es considerada una figura clave en el llamado in-yer-face theatre (teatro de la crueldad), movimiento que tiene su base en sorprender e impresionar a los espectadores mediante situaciones impactantes e inesperadas y que nace de las ideas del escritor francés Antonin Artaud.
El in-yer-face theatre llegó partir del sábado 3 de septiembre y se presenta en el teatro Experimental de Jalisco con 4.48 psicosis, dirigida por Luis Manuel Aguilar “Mosco” y actuada por Paula Hernández y Andrés David.
La obra, tal cual la escribió Kane, indaga en los pliegues de la mente, mostrando el otro lado de ese espejo que es el pensamiento y desgaja la forma de sentir de una persona que padece psicosis.
La psicosis es una enfermedad mental que se caracteriza por la pérdida de contacto con la realidad. Las personas que la padecen pueden experimentar alucinaciones o delirios y mostrar cambios de personalidad.
La obra teatral que dirige el “Mosco”, cubre completamente la esencia del teatro de la crueldad. Da inicio con dos personajes. Andrés David, con un traje y una máscara que hace un tanto tenebrosa la concepción mental de la mujer que padece la enfermedad (Paula Hernández). Ambos están encerrados en una jaula de acrílico, en la que los miedos y las impotencias se desenmascaran. Andrés David, quien representa la voz y la ansiedad en el mundo de la mujer, muestra esa cara sin rostro que la atormenta y la orilla a consumir drogas y a preguntarse el porqué de toda su realidad. Esto la encajona a escuchar voces y a querer desaparecer, no sin antes mencionarle un “te quiero”.
“No hay una lógica del psicópata”, comenta el director Luis Manuel Aguilar, que dice que dentro de la obra empezó a jugar con ritmos: “hay ejercicios de estados emotivos en la obra”.
Tras una pregunta que hace sobre el tema que está abordando en 4.48 psicosis, y sobre cómo lo tomarían las nuevas generaciones, el “Mosco” señaló que de lo que se encarga el mundo del arte es de transformar ideas en situaciones reales. “La labor del artista es plantear una situación real” y modificarla con la creatividad de éste para que muestre lo que pasa en la vida cotidiana. También dijo que la finalidad de la razón y la pérdida de ésta es exhibir la estructura de la sociedad que dice cómo hacer las cosas.
La invitación a ver la obra hace referencia a la mujer que libra una lucha consigo misma, en el intento de comprender a una sociedad convencional, después de caer en un estado en que las alucinaciones, “las voces” y la desesperación la sacan de la verdad.
—Pero tienes amigos, tienes un montón de amigos.
—¿Qué les ofreces a tus amigos para que te apoyen tanto?
—¿Qué les ofreces?
(Diálogo entre silencios de la conciencia a la mujer con personalidad psicópata, con los que inicia y termina el acto).
La obra está completamente actuada dentro de la jaula de cristal acrílico, donde se muestra el encierro que mantiene víctima a la mujer, de sus pensamientos. De sus miedos. De sus temores. De su mente.