A pesar de que son las áreas de mayor biodiversidad, de bienes y servicios ecosistémicos que posibilitan la calidad de vida, los humedales son las áreas más amenazadas del mundo, y en Jalisco y México no es la excepción.
Así lo expresó el Director del Centro de Investigación Lago de Zapotlán y Cuencas (CILZC), del Centro Universitario del Sur (CUSur), J. Guadalupe Michel Parra, quien añadió que dichas áreas presentan problemas de deforestación, cambios de temperatura, erosión de suelos y pérdida de biodiversidad.
“El reto es hacer acciones para mitigar estos eventos. Un riesgo muy importante es el grado de contaminación que tenemos; contamos con el río más contaminado de México y somos el Estado más productivo; hay quien hace la producción responsablemente. Nuestra región tiene empresas socialmente responsables que se han sumado y se van dando una serie de sinergias”, declaró.
Recordó que en la Cuenca de Zapotlán –sitio Ramsar con distinción Living lake–, impacta el cambio de uso de suelo, donde un área forestal se ha vuelto altamente agrícola, lo que compromete a hacer acciones, pero respetando un equilibrio con la naturaleza.
“Nos falta concientización en políticas públicas para la aplicación de la sustentabilidad, por lo que tenemos que enfocarnos en acciones pertinentes como la preservación de recursos naturales, especialmente en cuencas cerradas como ésas que son más frágiles”, dijo.
El investigador del CUSur, Abraham Yair López Villalvazo, dijo que desde el centro universitario se han realizado acciones muy específicas para el cuidado del agua en la subcuenca, particularmente en lo concerniente a la recarga hídrica.
“De acuerdo con las escorrentías que vienen de la cuenca alta, de las rutas que siguen, se pueden hacer sugerencias para implementar ecotecnias para retener el agua y que los pozos se recarguen”, indicó.
Compartió que se han hecho grupos de trabajo para el saneamiento integral del lago, la inspección y vigilancia de la cuenca, junto con los productores, para ver el uso sustentable del agua en agricultura, ganadería, incluso en la ciudad; además de promover la cultura del agua y del medio ambiente.
“Se han hecho monitoreos. Hemos estado trabajando con implementación tecnológica más efectiva para que el monitoreo no sea tan esporádico, mediante un dron que permite que de manera autónoma se hagan continuos”, apuntó.
Aunado a eso, explicó que se han hecho proyectos de mantenimiento de la laguna, controles biológicos e investigación en la parte de gobernanza y política pública, ya que la universidad debe de ser punto de lanza en estos aspectos.