Los riesgos de las tarjetas sanitizantes personales

Además de no tener ninguna utilidad en la protección y desinfección en contra del COVID-19, ya que su concentración de dióxido de cloro es muy baja, pueden comportar un riesgo para la salud de quienes las usen

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Las tarjetas sanitizantes de dióxido de cloro, que se comercializan en internet como una solución mágica para crear un supuesto escudo de protección de hasta un metro cuadrado alrededor de quien las porta, no sirven para nada.

Es que la concentración de dióxido de cloro que liberan es demasiado baja. Pero lo que sí puede provocar son quemaduras en la piel. Esto lo advierte Alejandro Lara López, investigador del Centro Universitario en Ciencias de la Salud y estudiante del doctorado en Inmunología.

«Estas tarjetas que surgen en China liberan dióxido de cloro y se supone que desinfectan. El problema es que liberan muy baja concentración, para que realmente fueran efectivas se requeriría 50 veces más de concentración, y no es así», señaló Lara López.

Esto provoca además que la gente se confíe y salga a la calle pensando que está protegida.

Existen varias marcas en el mercado, principalmente se comercializan por internet y en algunos establecimientos comerciales o incluso farmacias, pero no son efectivas contra el coronavirus, con costos que oscilan entre 100 y 990 pesos dependiendo la presentación y se colocan en la ropa, en algún accesorio o incluso en el cuello.

Lara López explicó que si bien el dióxido de cloro funciona para matar esporas o bacterias, la concentración de las tarjetas no alcanza para nada, pues se disipa en el aire y no tiene ninguna función.

«El problema es que contienen cloruro a partir de donde se genera el gas. Y el cloruro que se libera puede causar problemas en la piel», añadió.

«Podemos decir que es un desinfectante como tal, pero tóxico, y no tiene ninguna utilidad».

Recordó que estas tarjetas empezaron a utilizarse en China, pero posteriormente comenzaron a ser analizadas en algunas universidades de Japón y se demostró que no tenía utilidad, que sus supuestos beneficios son publicidad falsa.

El entrevistado recordó que otra modalidad de este mito son las famosas gotas de dióxido de cloro, que en realidad no sirven para desinfectar, pero si pueden provocar efectos dañinos como sangrados internos o hasta cáncer.

El especialista recomendó a la población que adquiera formulaciones con alcohol etílico en altas concentraciones, con productos como los geles antibacteriales que se comercializan en cualquier farmacia.

«Pero la mejor forma de prevención siempre será la distancia social, usar cubrebocas y esperar a la vacuna para poderse aplicarla», indicó.

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