Francisco L. Urquizo, “el novelista del soldado” como se le bautizó desde el inicio de sus publicaciones, escribió tanto como “tantas fueron sus batallas”, se afirmó con certeza. Fue miembro del último Gabinete y grupo leal a don Venustiano Carranza. Lo acompañó en la Columna de la Legalidad, esa huida fallida del gobierno a Veracruz en ferrocarril y estuvo ahí, en Tlaxcalaltongo, Puebla, donde el presidente perdió la vida en manos de los traidores.
Asesinato de Carranza (editorial Populibros, 1969) es la crónica del intento de salvar la legalidad. Antes llevó otro título, México-Tlaxcalaltongo (1936), que evoca el inicio y el final de la Columna. Ambos, en impreso, son casi inconseguibles. Sin embargo, en digital es fácil su consulta gratuita en la página digital del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones Mexicanas (INEHRM). Este es un facsímil de la primera edición. Abre con una presentación escrita por Patricia Galeana. El colofón señala que los dibujos en ambas ediciones son autoría de Bulmaro Guzmán.
Isidro Fabela, autor del prólogo a la edición de Populibros, sostiene: “Relata el capítulo más vergonzoso y trágico de la Revolución Constitucionalista”. La crónica inicia el 5 de mayo de 1920, cuando don Venustiano le rinde homenaje, por la mañana, al general Zaragoza. Antes se le informó de la gravedad de la situación. El desfile se había cancelado. Él, sereno, sostuvo: “Hay que cumplir con la patria. Después de la ceremonia seguiremos trabajando”.
El libro se desarrolla en orden cronológico, así lo marca el índice: El día cinco. La evacuación. Apizaco-Rinconada. ¡Aljibes! ¡La debacle Hacia el fin! La tragedia de Tlaxcalantongo. Epílogo. Recorrido de la columna que acompañó al presidente Venustiano Carranza. Y último, Testamento de Carranza. La crónica está escrita con un lenguaje sencillo que permite la lectura a un amplio público lector.
Este libro es un buen ejemplo sobre el cómo se debe escribir una crónica. Define Vicente Leñero: “Es el relato pormenorizado, secuencial y oportuno de los acontecimientos de interés colectivo. / Se ocupa fundamentalmente de narrar cómo sucedió un determinado hecho; recrea la atmósfera en que se producen los sucesos públicos”.
Este libro deja en claro las traiciones, por adquirir el poder, de una parte del sector militar de aquel tiempo. También queda clara la lealtad de los cadetes del Colegio Militar quienes acompañaron hasta lo último al Jefe Supremo. Carranza tuvo que repetir la orden de retiro para salvaguardar la vida de los jóvenes. La lucha estaba perdida.
La crónica se desarrolla en un mosaico de traiciones y lealtades. En tanto, el tren recorre los caminos de la Capital rumbo a Veracruz. “La Revolución siguió las vías del ferrocarril” sostuvo en su clase de Historia de México, Jesús Gómez Fregoso, en la Prepa 2. Esta crónica es un buen ejemplo de ello. La Columna de la Legalidad está formada por varios trenes que trasladan no sólo al Gobierno, sino también a los archivos y tesoros de la Nación.
Don Venustiano Carranza. El hombre. El político. El caudillo, otro libro escrito también por Francisco L. Urquizo, es la narración de la vida del Héroe de cuatro Ciénegas. El autor propone datos, que bien se puede decir conocidos por todos, pero detalla otros de índole personal: “Cuando regresaba de su paseo diario, almorzaba al estilo coahuilense: chile con queso, cabeza de carnero tatemada al horno o carne asada”. Para la segunda comida, informa: “…comía invariablemente entre una y dos de la tarde (…) alimentos hogareños: caldo, sopa de arroz, cocido con verduras, algún guisado y café”.
En referencia al equipo bélico, opinaba Carranza: “Hay que fabricar nuestras propias armas y municiones, decía, si no queremos que nuestros asuntos interiores los decidan los que nos las proporcionan”.
Ambos libros se complementan. El primero narra los últimos días de la vida de Carranza, del 5 al 21 de mayo. La noche del ataque, Urquizo estaba a no más de doscientos metros de la choza en donde descansaba el presidente de la República.
Un dato a señalar. Urquizo informa, en ambos libros, que miraron, en su huida a Veracruz, cultivos de “hermosas milpas”. ¿En mayo? En contraste, en Jalisco las siembras inician el 24 de junio, día de san Juan.
Una segunda edición de esta biografía la publicó El Departamento de Educación Púbica de Jalisco, en la revista abcd del mes de mayo de 1981.
Historia y crónica se unen en Asesinato de Carranza. En el segundo libro Don Venustiano Carranza… predomina la Historia sobre la crónica. En el prólogo a la segunda edición, C. Herrero Frimont sostiene que está escrita “con sincera devoción, la narra en páginas sencillas, apasionadas, justicieras”.