Mujeres
Creciendo tenía muy poca consciencia de quien era canónico. No estudié literatura y leía de una forma completamente caótica, así que lo que me gustaba eran los libros cortos, de arte; pero hay algo en mi recuerdo de esas primeras lecturas sobre mujeres que fueron muy importantes para las adolescentes de mi edad. Como por ejemplo, Alejandra Pizarnik, lesbiana, suicida, interesada por el surrealismo y la poesía de terror, totalmente desencajada; Alfonsina Storni, poeta, madre soltera, también suicida. Mi idea de escritoras era de mujeres muy atrevidas, felices y recuerdo haber crecido con una enorme biblioteca donde mis padres tenían toda la literatura latinoamericana del boom y sus tiempos.
Excentricidad
En el mundo se dice que Latinoamérica tiene en su literatura, una cosmovisión fantástica, pero para nosotros son cosas naturales, porque es parte de la cultura y nuestro aprendizaje social. La literatura británica es de las más importantes con escritura fantástica. Allá, todo aquello que empieza por una superstición se toma y se lleva a la literatura. La visión que tiene el mundo de nuestra literatura es un falso extrañamiento que tiene que ver con algo condescendiente y se remarca esa línea de ser tierras conquistadas.
Lectura
En aquella época del boom latinoamericano había mucha generosidad para conocer a diferentes escritores. Mi cultura y todo mi rendimiento institucional fue hecho con fotocopias, entonces para mí es natural pedir copias más que ir a librerías, eso aunque sea excéntrico es la forma en la que leí y descubrí escritoras fascinantes.