Escuchar es mirar
Expertos ofrecieron Master class en el marco Doculab, en la que «darle poco tiempo al diseño sonoro es matar la película», señaló Odin Acosta
LAURA SEPULVEDA
Expertos ofrecieron Master class en el marco Doculab, en la que «darle poco tiempo al diseño sonoro es matar la película», señaló Odin Acosta
LAURA SEPULVEDA
El oficio del sonido es un espacio en el que se interioriza constantemente el entorno, desarrollando de forma permanente la sensibilidad sonora, y es en ese espacio donde los profesionales de esta área se convierten en adivinos de cómo van a sonar las cosas.
Esto lo expresó Odin Acosta, al impartir la Master class titulada “Escuchar es mirar, sonido cinematográfico”, que forma parte de las actividades de DocuLab, del FICG 37.
El diseñador, editor de sonido y mixer, que ha colaborado en más de 100 proyectos, compartió que esta profesión está llena de vicisitudes, ya que toda película es un reto.
“Todo el procedimiento emocional alrededor del acto de hacer películas tiene un reto, que es que nos respondamos por qué hacemos esto y qué queremos obtener de lo que hacemos”, apuntó.
Durante el diálogo sobre la construcción de un diseño sonoro para documental y ficción, la conceptualización y desmitificación del sonido, las buenas prácticas para un correcto flujo de trabajo y el acercamiento con directores, lamentó que los profesionales del sonido tengan la labor más invisible, ya que culturalmente se da preferencia a la vista, debido a que somos una sociedad visual.
Por su parte, César González, quien ha trabajado en más de 40 largometrajes de 12 países distintos como diseñador sonoro, editor de diálogos, editor de ambientes, editor de efectos especiales y re-recording mixer, explicó que el cine es un arte que necesita tiempo, un medio de soporte para que pueda ocurrir, además de que todas las películas tienen su propio ritmo y tiempo.
Explicó que existe una confusión en el mundo cinematográfico, ya que se piensa que el diseño sonoro y la mezcla son la misma cosa, cuando el diseño es la edición de todos los sonidos de la película y la mezcla es un proceso aparte, en que normalmente se pone el volumen y posición final de cada sonido.
“En las buenas prácticas del diseño sonoro es importante tomar en cuenta aspectos como la comunicación, la película manda, el trabajo en equipo, el orden de flujo de trabajo y el tiempo de escucha, que significa escuchar la película muchas veces. Darle poco tiempo al diseño sonoro es matar la película. El diseño sonoro es un acto cinematográfico”, precisó.