Desde una lancha que partió del Malecón de Juanacatlán, Medusa cayó a las aguas del Río Santiago. Fue la artista Angélica Barba, su autora, quien cargó 50 kilogramos de dicha pieza conformada por tentáculos de cabello humano para después arrojarlos al cauce.
Bajo el sol agonizante del viernes pasado y el hedor penetrante que es común en esta zona de la ribera, decenas de presentes vieron desde la orilla cómo el esfuerzo se concretó: entre los lirios, este artefacto artístico ahora flota para visibilizar la problemática de la contaminación del río más largo de México.
“Medusa es un proyecto eco-artístico colaborativo, interdisciplinario, con perspectiva feminista. Es un dispositivo hecho de materiales reciclados, no hay contaminantes, contiene redes de cabello humano que hemos recolectado a lo largo de tres años, con ayuda de estilistas y gente que donó”.
“Además de visibilizar la causa del Río Santiago, después de tres semanas vamos a analizar las redes para identificar qué contaminantes, de los mil que hay en el río, se pueden adherir al cabello”, explicó la artista.
Los tentáculos de la Medusa están elaborados por medias rellenas de cabello humano donado, y estos a su vez están sujetos a una malla tejida que servirá como cabeza y a la cámara de una llanta de automóvil que será empleada como flotador.
Esta iniciativa contó con el apoyo del Museo de Ciencias Ambientales (MCA) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), además de vecinos de Juanacatlán que participaron activamente.
La Secretaria Técnica del MCA, Gabriel Vaca Medina, explicó que desde la UdeG es importante apoyar iniciativas artísticas en pro del medio ambiente, que nacen de la sociedad.
“Es una manera más de poner el dedo en la llaga de este problema que nos afecta a todos. El Museo apoya a través del CUCEI, CUTlajomulco, CUCSur y CUTonalá para hacer los estudios del agua”, indicó.
Una vez identificados los contaminantes, dijo, se iniciará una etapa de biorremediación, con ayuda de un equipo técnico de dichos centros universitarios. Angélica Barba es optimista de que varios de los miles de contaminantes identificados que hoy tiene el río se adhieran. “Muchos son cancerígenos y provocan enfermedad y muerte”, recalcó.
Llevar a Medusa al río conllevó la participación de niñas y niños de la Escuela Primaria “Josefina Mejía Jáuregui”, ubicada en el Barrio de La Playa de Juanacatlán, a unas cuadras del malecón.
Mediante un rito prehispánico para la sanación del río y acompañado de la música electro folk de Paúl Campos “Paullie”, la comunidad se compenetró en la performance del accionar de la Medusa.
Una de las exigencias es que las industrias de la zona dejen de verter sus residuos al Río Santiago, pues son las principales fuentes de envenenamiento de este ecosistema que a lo largo de las últimas décadas ha dejado víctimas.
Una de las propuestas de Angélica Barba es que cada una de dichas empresas tengan sus propias plantas de tratamiento.
Se pretende que en un futuro la Medusa sea encapsulada en resina, para ser exhibida en otros espacios artísticos, y así seguir visibilizando el grave problema ambiental en el Santiago, que, a decir de la artista, es resultado de la irresponsabilidad de los gobiernos.