La migración contemporánea es el resultado del neoliberalismo, modelo económico y político del capitalismo. Por medio de crisis económicas, desprotección estatal, inestabilidad política, guerras o intereses geopolíticos, los intereses económicos fuerzan a las personas a buscar mejores oportunidades en países que los marginan y excluyen.
Este tema se abordó en la mesa redonda “¿Al borde de la crisis? Coyunturas migratorias en América Latina y Europa”, que tuvo lugar en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) y en la que expertos nacionales y extranjeros abordaron las aristas de un fenómeno social estimulado por intereses económicos a costa de los grupos sociales más vulnerables.
La profesora-investigadora del Instituto de Investigaciones José María Luis Mora, Leticia Calderón Chelius, explicó que los países receptores de migración masiva califican este fenómeno como una “crisis migratoria”, aunque responde al ajuste de los mercados que la disfrazan con un discurso negativo.
“Esta migración forzada es producto de ajustes donde los mercados movilizan a una mercancía que son seres humanos. Hay un mito, el supuesto rechazo de que los migrantes inundarán los países receptores; sin embargo, hay una intención económica para atraer mano de obra barata, masiva y joven”, explicó Calderón Chelius.
Mustafa Aksakal, de la Universidad de Bielefeld, en Alemania, precisó que en las crisis migratorias a veces no es claro cuál es la causa de la migración y quién es la víctima. En el caso europeo, la causa es plenamente identificable.
“En las políticas el migrante muchas veces es la causa de la migración. Sin embargo, hay discursos donde el migrante no es la causa, sino otros actores, como en Europa. Por ejemplo, el Presidente ruso Vladimir Putin es considerado la causa de la crisis de migración que expulsa personas de Ucrania tras el conflicto bélico”, destacó.
El investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), Eduardo Domenech, dijo que las “crisis migratorias” se basan en nociones, no en hechos. Para el discurso hegemónico, la exclusión y la marginación social en las fronteras no es una crisis, sólo cuando se desborda la cantidad de personas que migran.
“Una noción de crisis es la acumulación de sujetos de movilidad o refugiados en un espacio-tiempo, es decir, la acumulación es lo que genera las crisis, a los cuales los regímenes les ponen respuestas, reacciones o soluciones”, dijo.
Destacó las disputas entre instituciones políticas y la sociedad civil en las fronteras de América Latina y Europa, lugares donde se desafían las políticas fronterizas.
“Es posible observar manifestaciones, efectos y transformaciones del control fronterizo no sólo de las instituciones que las regulan, sino de quienes las desafían a través de luchas migrantes con intenciones políticas y luchas cotidianas promovidas por sujetos en movilidad”, subrayó.
Para Martha Cecilia Ruiz, de FLACSO Ecuador, pese a los niveles de migración forzada y la victimización las personas ejercen su movilidad con la intención de reconfigurar sus vidas.
“La migración es la estrategia que usa la gente pobre y racializada para repensar sus vidas, soñar y pensar sus vidas en otros lugares. Hay una combinación y tensión entre los procesos estructurales de marginación y exclusión, pero la gente no sólo puede ser víctima, también está luchando”, declaró.
La mesa redonda estuvo coordinada por Amando Zacarías Castillo, Jefe del Departamento de Estudios Políticos del CUCSH. El evento fue organizado por el CALAS, el Departamentos de Estudios Ibéricos y Latinoamericanos (DEILA) y el Departamento de Estudios Políticos (DEP).