Nacho Vegas nació en Gijón, España, en 1974. Es uno de los cantautores contemporáneos que ha conseguido embarcarse de manera afortunada en el misterioso ejercicio de crear canciones y plasmar en éstas el valor de los pequeños detalles. Fue miembro fundador del grupo Manta Ray, con el cual obtuvo prestigio y notoriedad a nivel internacional. En 2001 publica su primera placa como solista, la cual lleva el título Actos inexplicables. El 2006 dejará huella en su carrera, al grabar El tiempo de las cerezas, al lado de Enrique Bunbury. Recientemente participó en el proyecto Lucas XV, el cual editará en España un álbum con canciones asturianas.
indie
A principios de los noventa surgieron un montón de pequeños sellos independientes en España, que fichaban cualquier grupo que cantara en inglés y sonara un poco a lo que se hacía en Inglaterra o Estados Unidos. Eso provocó que algunos llegaran a publicar uno o dos discos. Lo que ocurre ahora es que no hay una generación nueva, una renovación de bandas. Los grupos que hacen discos más interesantes son, en mi opinión, Señor Chinarro, Los Planetas o Nosotrí¤sh.
música
Soy fan de José Alfredo Jiménez y Chavela Vargas. También me ha gustado mucho Lila Downs. Ese tipo de cosas me han interesado. Creo que aquí tenéis un respeto por la tradición, lo que en España ha costado mucho conseguir. En México hay valores que pueden ser una influencia muy básica para el rock, así como el folk americano lo fue para el rock en los años 60 y 70. La mayoría de discos que compro son antiguos. De lo nuevo, Bright Eyes me encanta.
literatura
El escritor chileno Antonio Cisneros es mi último descubrimiento en poesía. Ahora estoy leyendo una novela que se llama Historia de amor, de Nicole Krauss. Me gustan las novelas que tienen algo de poético.
melancolía
No creo que predomine la tristeza en mis canciones, por lo menos en estado puro. Pienso que algo fuerte que pasa en tu vida es lo que te empuja a escribir una canción, y muchas veces estas cosas son negativas, pero el dolor tienes que transformarlo en algo que resulte positivo para ti. En realidad, lo que predomina en mis canciones es un intento por ordenar ese caos.
público
Estoy contento con la respuesta. En la escena independiente que se formó en los noventa, los cantautores no tenían cabida en ésta. De hecho, la palabra cantautor tiene otras connotaciones en España, que parece que remiten a una generación que no está muy bien vista, un poco rancia o apolillada. Al principio se me vio con cierta reticencia, pero fue sólo en los primeros meses. Luego tuve suerte de tener aceptación por parte de la crítica y del público, sin estar en los circuitos mainstream, y precisamente por eso, tener la libertad para hacer las cosas.
bunbury
Cuando nos conocimos Enrique Bunbury y yo, nos dimos cuenta de que había más cosas que nos unían que las que nos separaban. El trabajo del disco (El tiempo de las cerezas) fue algo muy natural: dos personas que querían grabar juntas, porque saben que tienen algo en común. Al final, el resultado fue una mezcla de dos mundos, con la cual quedé muy satisfecho. A Enrique una de las cosas que tengo que agradecerle es que me haya traído a México, porque venir de su mano fue una pasada para mí.
méxico
No sé qué pueda pasar. Lo mejor es no crearte expectativas y simplemente intentarlo. Bunbury me había hablado mucho de México. Estuve dos semanas en el DF, una de promoción y otra con los conciertos en el Metropolitan, y la verdad es que me fasciné por el país. A partir de El tiempo de las cerezas, EMI México ha licenciado un recopilatorio de mis discos y pretende hacerlo también con mis próximos trabajos. Espero venir a tocar nuevamente y convertirlo en un país que pueda ser familiar para mí.
canción
La canción es el núcleo de todo. Cuando decidí abandonar Manta ray y empezar una carrera en solitario, fue porque el grupo tomaba un camino diferente, en el que tal vez la canción no era lo más importante, sino la búsqueda de un sonido y texturas particulares. Yo me quería centrar más en escribir letras en castellano. Estaba muy influido por los magos de la canción, por Bob Dylan, Nick Drake y Leonard Cohen. Hubo un momento en que descubrí un mecanismo que me hacía estar más satisfecho con lo que escribía, esto es, buscar una distancia con las cosas que te importan. Cuando uno empieza a hacer canciones, tiende a caer en la primera persona, a ser muy confesional, y para que esto no suene como alguien que le está contando sus problemas a un amigo, tienes que buscar una pequeña distancia.