Cruza el nadador
las frías aguas del río
en pleno invierno.
Sale, respira y vuelve
a hundir su cabeza.
En el claro invierno
y en la línea del río
¿qué es lo que él desea?
Allí está el bosque
y sus heladas aguas:
¿dónde está la ciudad
y sus altos edificios?
En el día más frío
el sol asoma e ilumina su rostro,
en el que siempre, siempre,
hay una pregunta…
Logré experimentar las sensaciones del nadador. Sencillo y profundo