Nombrar el canto de las jaulas

Y. Lizeth Sevilla GarcíaEste, académica de CUSur, presenta en Ciudad Guzmán su libro de poesía Aviario

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Aviario, libro poesía CUSur

Alejandro von Düben*

Además del cielo, no hay mejor hogar para las aves que un libro de poesía. O, al menos, esa es la impresión que tengo después de haber leído y releído el Aviario, de Y. Lizeth Sevilla García.

Un conjunto de poemas que se sirven del simbolismo de las aves para manifestar nuestra compleja condición humana.

En Aviario se abordan temas como la violencia, la muerte, la búsqueda de la fe y de la libertad; temas que, sin lugar a dudas, están muy presentes en la realidad mexicana desde tiempos lejanos y que, al parecer, recrudecen con el paso de los días y los años.

Por ello, el título de la obra resulta ser tan fundamental como preciso: aquí cada poema es un ave dentro de un Aviario poético, sí; pero también, de una forma metafórica, México se visualiza como esa prisión enorme que nos niega el cielo.

Parafraseando a César Moro, la rosa fatigada que soporta cadáveres de pájaros. Esta tierra desde donde entonamos un canto ahogado de esperanza.

Lizeth, con rastros de plumas en cada palabra, imprime su voz como un rumor de alas para entregarnos su visión particular del entorno y de los temas de los que habla, no desde una distancia aérea, sino completamente comprometida con lo que representan, con las aves y los silencios que nombra, vulnerable, emotiva, aunque sin descuidar para nada el quehacer poético, las imágenes cotidianas e inusitadas, el ritmo y la musicalidad, las múltiples referencias tanto literarias como históricas y culturales y, en fin, un estilo que nos llena los ojos de (en)cantos de sirena.

Ha pasado casi una década desde que leí por primera vez a Lizeth. Así fue como la conocí. Primero di con su poesía y, después, con esa persona que en todo se involucra y destaca, intensa, volátil no como la María Luisa de Girondo, que pareciera volar en todo momento, sino, más bien, como Mayahuel creciendo en la tierra o como algún poema de Alejandra Pizarnik.

Sólo tuvo que pasar poco tiempo para darme cuenta que la Lizeth de carne y hueso era un reflejo de su propia poesía, que su esencia se revelaba como una escritura en el espejo.

Hoy puedo asegurar que leerla es el mejor modo para (re)conocerla. Y qué mejor que leyendo los poemas de este Aviario, versos que cantan, etéreos, sin limitaciones, jaulas que se han vuelto pájaros.

La publicación de la coordinadora de la Maestría en Estudios Socioterritoriales, del Centro Universitario del Sur, será presentada el 22 de enero, 18:00 horas, en la Casa del Arte «Dr. Vicente Preciado Zacarías».

*Egresado de la licenciatura en Letras Hispánicas, del CUSur

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