El Museo Raúl Anguiano alberga la obra de tres artistas plásticos tapatíos, montada cada una en salas diferentes: “Híbridos”, de Juan Bastardo (Objeto), “Posibilidad Perpetua”, de Adrián Guerrero (Tiempo) y “Arquitectura no Solicitada”, de Joao Rodríguez (Espacio).
Los “Híbridos” representan “la deformidad, la reinterpretación de las formas a las que estamos adecuados, la ambigüedad que produce la observación de la materia. También tiene que ver con una fusión en base a los tiempos, al tiempo en el que vivimos, que son tiempos híbridos”, refirió, Juan Bastardo, quien además admitió tener un lazo explícito con lo oscuro de los objetos inmaculados de los hospitales, por ejemplo, y una afición hacia lo genéticamente deforme. Su obra expuesta está conformada por objetos de cerámica, textil y acrílico que ilustran la enormidad y la ausencia de lo asumido como completo.
“Posibilidad Perpetua” es un experimento con el tiempo en relación a los cuerpos, su autor Adrián Guerrero, filósofo y arquitecto, utiliza la cerámica y el dibujo para hacer un acercamiento a lo que pasa con el tiempo, a cómo cambian los objetos, reflexiona a través de la escultura de fósiles de cerámica y el tallado de la frase “Cada vez estamos más cerca de un final inalcanzable”, en piezas de madera. Hay, también, un video musicalizado por un punzante sonido en el que se aprecia la destrucción lenta de una escultura y su reconstrucción en reversa durante once minutos: “El hombre puede carecer o esquivar de un lugar, de un nombre, de su identidad, pero nunca puede escapar del tiempo, esto es algo que siempre alcanza al cuerpo, que lo marca de maneras abruptas o sutiles”, comenta Guerrero a partir del tema de la exposición que además enmarca una cita de T.S. Eliot sobre la memoria y el paso de los objetos por el tiempo.
“Arquitectura no solicitada” es un juego respecto a la relación del ser con la arquitectura y sus implicaciones, “la idea de la obra era buscar la manera en la que la función de la arquitectura en el espacio se convierte en otra cosa distinta a la que se pensó cuando fue diseñada, toda la relación entre el ser que percibe y los objetos que moldea y que utiliza para vivir”, comentó Joao Rodríguez, cuya exposición está integrada por pinturas y esculturas que hacen alusión a las columnas, a las casas y a cuando éstas se convierten en otra cosa.