Orlandoto expone Metamorfo

La exposición de ilustraciones, que está compuesta de 27 piezas, será inaugurada el próximo 7 de febrero, a las 21:00 horas, en la Galería de Arte Palcco, ubicada en Av. Central Guillermo González Camarena 375, Residencial Poniente, Zapopan

El trazo de Orlandoto ha mutado. Metamorfo es la evolución natural de Cero Pixel, un proceso de transformación donde la ilustración, antes concebida como un acto de resistencia frente a lo digital, ahora encuentra en la pantalla un nuevo territorio de exploración. Si en su trabajo previo el artista buscaba una desintoxicación tecnológica a través del dibujo manual, en esta serie adopta lo digital con plena consciencia, pero sin la urgencia del deadline ni la imposición del encargo. Aquí, la imagen es libre: no responde a presiones externas, sino a una exploración personal desprovista de limitaciones.

Como en los relatos y pinturas de Leonora Carrington, en Metamorfo las formas se descomponen y reconfiguran en un espacio donde la anatomía se convierte en símbolo y el cuerpo en territorio de transformación. Criaturas híbridas, a medio camino entre lo tangible y lo onírico, emergen de esta serie, despojadas de realismo convencional pero cargadas de una lógica propia, donde el absurdo, la sátira y lo visceral coexisten en una misma imagen.

La pieza central de Metamorfo es su propia interpretación de la sirena: una figura que rompe con la tradición mitológica. Su cola es de serpiente, su cabeza es un cerebro. Es un símbolo de la dualidad entre el instinto y la razón, entre el deseo y el pensamiento, entre el arquetipo y su deconstrucción. Como en los collages de Max Ernst, las figuras que habitan esta exposición parecen suspendidas en un estado de cambio perpetuo, atrapadas entre lo bello y lo monstruoso.

Si Cero Pixel fue un salto al vacío en la recuperación del trazo manual, Metamorfo es la consolidación de una nueva etapa: una en la que la ilustración se adueña de lo digital sin perder su naturaleza física y expresiva. El arte contemporáneo suele caer en la trampa de la sobresignificación, donde el exceso de discurso diluye el significado. Metamorfo, en cambio, se apoya en la precisión del dibujo anatómico y en la potencia de la imagen para hablar de lo que no cambia: el absurdo de la existencia, la fragilidad del cuerpo y la necesidad humana de reírse, incluso de lo que duele.

Texto: Cristian Zermeño

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