Alicia vive preocupada por su alimentación. Consume frutas y verduras libres de fumigantes, invierte gran parte de su tiempo en comprar legumbres regadas con agua potable, no consume refrescos, jamás come en la calle, su azotea la ha convertido en un pequeño huerto que jamás ha conocido los fertilizantes químicos. Ha llegado hasta el extremo de no asistir más a fiestas o reuniones, por temor a que le ofrezcan alimentos que no cumplan con los requisitos que ella exige. Su obsesión la ha llevado a aislarse de los demás. Su trabajo y la búsqueda de alimentos saludables no le permiten interactuar con otras personas. Incluso ha afectado sus relaciones laborales. Lo que ella no sabe es que es ortoréxica.
¿Qué es la ortorexia? Deriva de dos palabras griegas: orthos, que significa recto o justo, y orexis, que significa apetito. Puede definirse como la búsqueda del apetito o la alimentación correcta. El término fue acuñado en 1997 por Steven Bratman, un médico estadunidense que empezó a involucrarse de manera obsesiva y constante en la búsqueda de alimentos sanos y naturales. Después de oír algunas sugerencias de que podría estar exagerando, acuñó este término. Fue en 2000 cuando este médico propuso el término de manera oficial, explicó Adriana Rivas Anguiano, responsable del írea de interconsulta enlace, del Servicio de psiquiatría, del Hospital Civil de Guadalajara “Fray Antonio Alcalde”.
La ortorexia no está todavía reconocida como un trastorno de la conducta alimentaria. No está incluida en manuales médicos, como el de la Organización Mundial de la Salud. “Es una propuesta diagnóstica. Es algo nuevo que están revisando muchos especialistas para determinar de qué se trata. Cuando haya más información sobre esto, podrá decidirse si se incluye dentro de los trastornos mentales. Sin embargo, la ortorexia sí se presenta en muchas personas, como en hombres y mujeres maduros.”
“Se sabe que esta preocupación obsesiva tiene cierta relación con la edad. A partir de los 35 o 40 años, las personas buscan de manera desesperada conservarse lo más jóvenes que puedan. Entonces, compran la idea de que si se alimentan de determinada manera, retardarán el proceso de envejecimiento y serán más saludables”, explicó la especialista.
Un detalle: “Los tipos de alimentos que consume una persona con ortorexia son muy costosos, por lo que se ve más en poblaciones con alto poder adquisitivo”.
La ortorexia es un fenómeno que se presenta en las culturas occidentalizadas. Es donde más se venden las ideas en torno a la alimentación y a una figura física con determinadas características. “Es donde prevalece la idea de que si una persona es delgada y come determinados alimentos va a ser feliz, vivir más años y verse más joven… la gente compra esas ideas y busca eso que se le propone”.
Síntomas y tratamiento
No es lo mismo vivir para alimentarse, que alimentarse para vivir. Ningún extremo es bueno. Es muy positivo preocuparse por llevar una dieta diaria correcta, rica en nutrientes, pero no lo es cuando esto se convierte en una obsesión. Esto no quiere decir que todas las personas que se preocupan por tener una alimentación sana tienen ortorexia, pero puede hablarse de este término cuando la preocupación por eso es llevada al extremo.
Las personas con ortorexia invierten varias horas del día buscando en supermercados y mercados alimentos no procesados, vegetales que no hayan estado expuestos a pesticidas, herbicidas y conservadores. Empiezan a aislarse del medio social, “ya que vivimos en una sociedad en que la comida es el centro de las relaciones interpersonales. Como ellas no pueden compartir los mismos alimentos, prefieren permanecer al margen”, explicó Rivas Anguiano.
Además pueden surgir otras complicaciones, como desnutrición, avitaminosis, osteoporosis, ya que si una persona no come carne por miedo a que tenga hormonas, por ejemplo, o cualquier otro alimento por miedo a que tenga conservadores, puede tener otros padecimientos al preferir dejar de comer. “Hay reportes de personas de que llega a ser tal su obsesión, que pierden hasta la vida”.
Cuando una persona con ortorexia viola el régimen alimenticio autoimpuesto, le genera un gran sentimiento de culpa. “Esto va acompañado de algunas enfermedades en el área de la salud mental, como depresión, ansiedad. Hay quienes relacionan la ortorexia con pacientes que han sufrido algún trastorno de la conducta alimentaria, como la anorexia y la bulimia. Quienes se recuperan de esto, sugieren algunos autores, pueden caer en una identidad de este tipo”.
Como es muy poco lo que se sabe, no hay un esquema de tratamiento bien definido como para enfermedades como la esquizofrenia, la bulimia y la anorexia. Son tratables los síntomas que el paciente presenta. El abordaje sugerido es igual al de otros trastornos de la conducta alimentaria: interdisciplinario, encabezado por psiquiatras, psicoterapeutas, nutriólogos y endocrinólogos, entre otros.
Aclaró que los vegetarianos y los macrobióticos no necesariamente son ortoréxicos. Si su régimen alimenticio no afecta su salud y sus relaciones sociales y tienen un estado de ánimo adecuado, no hay ningún problema.