Península, Península (Alfaguara, 2008) es el título de la novela más reciente del escritor mexicano Hernán Lara Zavala. El nombre se refiere a la península Ibérica y la de Yucatán, espacios que funcionan simbólicamente para describir el conflicto de las castas en México de 1847 y la guerra civil llamada “Guerra de Castas”. El autor confiesa que el título hace referencia a una obra del novelista estadounidense William Faulkner llamada Absalom, Absalom! donde el título también repite el mismo nombre dos veces. “Estos títulos son muy de los anglosajones. Es un (juego de un) poquito de eufonía y de semántica, claro”.
Para realizar esta novela de corte histórico fue necesaria una investigación que Hernán Lara Zavala considera “acuciosa, ardua, pero también —debo confesarlo— placentera. Me preparé durante mucho tiempo, el resultado es que siempre hay mucho más de lo que puede uno puede utilizar, te sobra la información y yo creo que gran parte de lo que es ser escritor es precisamente discriminar qué sí y qué no, (hay) cosas que son interesantes pero que no le añaden valor a anécdota; yo quería que la historia no le ganara a la narrativa, a la narración”.
En la novela es posible ver diferentes puntos de vista acerca de la Guerra de Castas gracias a sus diversos narradores, en especial el personaje de la Señorita Bell aporta una visión más neutral del conflicto y restituye como seres civilizados a los mayas. El autor afirma “Yo quise narrar una historia del siglo XIX pero no como si fuera un novelista del siglo XIX, sino como un novelista del siglo XXI, entonces, la única manera que encontré para hacer esto fue ese narrador que tiene sus digresiones (al presente)”.
A pesar de que en la novela aparecen personajes históricos, Hernán Lara Zavala piensa que “lo que más me costó trabajo fueron los personajes secundarios, porque los reales ya estaban dados por sentados; quise contar sus pasiones íntimas y secretas (de los personajes)”. Al final, el escritor expresa la satisfacción de haber logrado escribir Península, Península: “Estoy muy contento porque sí logré contar una historia, no la Historia, una anécdota, una fábula, conté otra historia, una ficción ubicada dentro de la Historia”.