Pacientes con COVID pudieran necesitar terapia respiratoria

La dificultad para respirar y las secuelas de la enfermedad, además de oxígeno suplementario, pudieran requerir la aplicación de técnicas para recuperar la capacidad pulmonar. Aquí algunas recomendaciones de una terapeuta del Hospital Civil, en primer lugar, la de acudir con un especialista si se presentan molestias respiratorias

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Los pacientes infectados con SARS-CoV-2 y que desarrollan COVID-19 que hayan presentado dificultad para respirar pueden mejorar con oxígeno o técnicas adecuadas, las cuales es recomendable que sean asesoradas por un especialista y pueden ser parte de una terapia para pacientes en recuperación de la enfermedad.

La terapeuta Esther Álvarez Hernández, quien trabaja en el área de Terapia Respiratoria del Departamento de Fisiología Pulmonar, adscrito al Hospital Civil de Guadalajara Fray Antonio Alcalde, aclaró que si la dificultad respiratoria se acompaña de tos que dificulta al paciente moverse, alimentarse o realizar las actividades básicas que implica la vida diaria, y a eso se agrega pérdida en la cantidad de oxígeno en la sangre, entonces podría ser necesario que sea atendido en un hospital.

Si hay una saturación menor a noventa, se trata de una hipoxemia, y cuando es prolongada debe aplicarse al paciente oxígeno suplementario, tanto en casa con tanques o concentradores, pero si esto no logra cubrir las metas normales de 94 a 96 por ciento o más, tiene que recibir atención hospitalaria.

Explicó que un enfermo puede tener necesidad de oxígeno y no ser candidato a terapias respiratorias si tiene tos, dolor de pecho, fatiga excesiva, entre otros síntomas esperados en esta enfermedad; en cambio cuando está estable, no tiene tos, dolor de pecho, consume alimentos de manera regular y es medianamente independiente, sí podría ser candidatos a una terapia respiratoria.

Los pacientes reciben entrenamiento frente a un espejo para que identifiquen las zonas que deben de mover al respirar y cuáles no, y a dónde dirigir el aire.

Por lo tanto, es muy importante que la rehabilitación sea impartida por alguien bien entrenado y que sepa dar instrucciones adecuadas.

Estas respiraciones tienen que tener de cinco a siete repeticiones, dando un espacio de entre treinta segundos a un minuto, entre cada una, cuidando con esto no generar algún síntoma desfavorable.

Los pacientes que tienen COVID 19 pueden recuperar el 95 por ciento de su capacidad pulmonar previa con una adecuada rehabilitación.

Es recomendable la asesoría de un neumólogo para que evalúe la capacidad respiratoria.

«Nosotros seguimos la siguiente secuencia, el enfermo debe ser revisado por un neumólogo, que debe dar seguimiento a todo el proceso de la enfermedad, una vez recuperado, se le debe hacer una espirometría para evaluar la capacidad pulmonar del paciente, y dependiendo cómo resulte este estudio, es emitido un resultado determinando el porcentaje de pérdida del pulmón y cuánto se puede recuperar».

«El paciente tiene también que hacer una caminata de seis minutos, para revisar cuánto puede recorrer sin perder oxígeno y sin presentar fatiga excesiva, y dependiendo de los resultados, se deja en un rango al paciente para asistir a una rehabilitación específica y un programa individualizado».

Las técnicas

(Los videos son ilustrativos, donde la terapeuta Esther Álvarez Hernández explica cómo deben realizarse los ejercicios, sin embargo, si considera ser candidato a necesitarlos, tiene que acudir antes con un especialista)

La especialista señaló la importancia de enseñarle al paciente durante la terapia a hacer una respiración eficaz que no consuma energía. Entonces, puede inhalar por la nariz, dilatar el abdomen, sostenerlo desde dos a cuatro segundos y exhalarlo por boca con los labios apretados como si se apagara una vela, y tratando de sumir el estómago, como si se quisiera contraer el ombligo hacia la parte posterior.

A esta técnica se le llama respiración diafragmática. A los pacientes se les indica que tomen respiraciones profundas por abdomen, tratando de evitar el uso de músculos que no son necesarios para una respiración básica. Si el paciente realizara respiraciones profundas vía tórax alto (lo que implica la utilización de las costillas y los hombros), se gastaría mayor energía.

Otros tipos de respiración que se podría recomendar son la costobasal, es decir por las costillas bajas, y la costal superior.

«Si dividimos el tórax desde el cuello hasta el inicio de la pelvis, se puede nombrar tórax alto, medio y zona abdominal», explicó.

Entonces, en el caso de la primera técnica, «se trata de respirar por la zona torácica media. Le enseñamos al paciente meter aire por la nariz, inflando solo las costillas bajas, ambas al mismo tiempo, sosteniendo la respiración durante tres o cuatro segundos, y después exhalarlo lentamente con los labios apretados».

Los labios apretados son recomendados, ya que el aire tarda más en salir y genera resistencia interna, una presión que ayuda a que el aire que está adentro abra las zonas que tienden a cerrarse o a colapsar por el proceso de la enfermedad.

«Imagine que usted infla un globo, y tiene pequeños tubitos conectados a otros globos, entonces el primero se infla con mucha presión, y el aire poco a poco lo hará con los demás. Es un efectos similar lo que se quiere lograr, de modo que se recuperen en cuanto a capacidad de volumen las zonas del pulmón que no están funcionando, mejorando la capacidad del pulmón para retener aire y la captación del oxígeno».

Otra técnica, similar a la respiración diafragmática, implica meter el aire con ayuda del abdomen, pero en tres porciones. «Es una especie de olfateo una vez, segunda vez y tercera vez, después se cuentan de tres a cuatro segundos, y se suelta lentamente el aire por labios apretados».

«Al paciente se le pide que haga respiraciones profundas tratando de pronunciar el pecho como cuando se hacen los hombros hacia atrás, sin encogerlos, se infla el pecho a profundidad, tratando de sacarlo lentamente se exhala por labios apretados, tratando de colapsar las costillas altas, disminuir el espacio, y sacar el aire a fondo, y se vuelve a inflar otra vez por tórax alto hasta que se llene».

Un alto porcentaje de los pacientes con COVID-19 pierden capacidad para actividades básicas como bañarse, alimentarse, bajar y subir escaleras, entonces se les tiene que enseñar técnicas de ahorro de energía: respirar por la nariz y exhalar lentamente mientras se levantan de una silla, se ponen una prenda o se bañan, y hacer respiraciones constantes para evitar el desgaste energético, y paulatinamente generar un mayor acondicionamiento, y resistencia ante la demanda de actividades básicas.

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