Pocas cifras mucho dengue

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Mantenga la puerta-mosquitero cerrada. Prevenga el DENGUE”, advierte el letrero colgado en la entrada de un consultorio de la colonia Pablo Valdez, del municipio de Guadalajara, conocida como la Hermosa provincia. “Es para que no entren los mosquitos”, explica el médico, quien no quiso revelar su nombre, por el blindaje informativo que la Secretaría Salud Jalisco instituyó acerca de las cifras sobre dengue. Sin embargo, si la red metálica puesta en el umbral del despacho impide el acceso al zancudo Aedes aegyptis, no detiene el vaivén continuo de pacientes que han contraído el virus.

Son la cinco y cuarto y en el turno vespertino, que inició desde hace 15 minutos, el doctor ya atendió a cuatro personas con dengue confirmado por análisis de laboratorio y otra está en consulta en el momento de la entrevista.

“Desde hace un mes a la fecha hemos estado recibiendo infinidad de casos de pacientes con dengue, tanto, que la consulta ha incrementado en un 100 por ciento por esta enfermedad. Me toca ver nuevos casos entre cinco y seis por día”, explica el galeno, quien agrega que hasta ahora atendió a aproximadamente 200 con esta enfermedad.

En otro consultorio no lejos de allí, donde inicia el municipio de Tonalá, la música no cambia. “En el último mes he atendido a casi 300 casos de dengue y la consulta ha aumentado hasta 50 por ciento debido a esta enfermedad. En esta zona hay mucho dengue”, explica el titular de la clínica.

Estos casos, sin embargo, no se consideran en las cifras oficiales, porque como explica el primer doctor entrevistado, no se notifican a la autoridad sanitaria. “Un reporte significa tener personal de Salubridad, de epidemiología en tu consultorio, haciéndote fiscalización de todo lo que tienes, más la visita a los pacientes. Esto invade la privacidad de la consulta y de la relación médico-paciente”.

Argumenta que por este “hostigamiento” de la Secretaría de Salud, prefiere tratar directamente a los pacientes y solo en caso de complicaciones debidas a dengue hemorrágico, reportarlos y derivarlos en su momento a una estructura hospitalaria.

“Nunca ha habido una comunicación, ni cuando la contingencia de la influenza hubo una comunicación directa de parte de la Secretaría de Salud, acerca de los lineamientos que debiéramos tomar y de en qué momento mandarlos a que hicieran las pruebas. Simple y sencillamente lo que se decía en la televisión era la misma información que nosotros teníamos de qué hacer o no”.

De acuerdo con Sergio Esparza Ahumada, secretario técnico del comité de infecciones nosocomiales, del Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde”, entre esta unidad hospitalaria y el nuevo hospital “Dr. Juan I. Menchaca”, todos los días atienden a 250 pacientes sospechosos de dengue. Esta enfermedad representa la mitad de las consultas.

Mientras la Secretaría de Salud del estado (SSJ) reconoció que existe un subregistro de casos, porque sólo confirman el diagnóstico en siete de cada 10 pacientes sospechosos, el Observatorio de la Salud (OSA) de la Universidad de Guadalajara asegura que la cifra real es de más de 14 mil casos. “No es cierto que los casos de dengue estén bajando, como lo dice la SSJ. Al contrario, están subiendo. Por cada caso reportado de dengue, hay 13.4 casos no reportados, es decir, existen en el estado por lo menos 14 mil casos de dengue, de los cuales, según cifras oficiales, hay mil 84 casos: 985 de dengue clásico y 99 de dengue hemorrágico. Vemos así cómo la autoridad sanitaria ha sido rebasada”, informó el responsable del OSA, del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), Marco Antonio Castillo Morán.

Diagnósticos erróneos
Claudia Ortega, de 26 años de edad, es uno de los casos que están en la lista de reportados, así como toda su familia, siete en total, quienes resultaron enfermos de dengue hemorrágico, pero antes fueron mal diagnosticados: de influenza con infección en la garganta. Incluso a Claudia, quien no conocía la enfermedad, dice que en consulta, en la clínica 1 del IMSS, ubicada en la colonia La Nogalera, el epidemiólogo se dedicó a mostrarle fotografías de personas con dengue hemorrágico en etapa terminal.

Seis días después, en su examen sanguíneo, Claudia registró el número mínimo de plaquetas; requería una transfusión sanguínea urgente y hospitalización, pero en el Centro Médico de Occidente le negaron la atención. “Enfermeras y médicos me dijeron que el dengue se cuidaba en casa. El seguro nunca me ayudó”.

Diagnósticos tardíos o erróneos, falta de notificación y de registro, son la causa de lo que Castillo Morán define como “un gran problema en el porcentaje del subregistro”.

A pesar de que la SSJ reconoció la semana pasada que sólo notifican el 30 por ciento de los casos, la situación real, según Castillo Morán, podría ser más alarmante: “lo que el Observatorio ha encontrado es que tienes por cada caso que ellos “la Secretaría de Salud y el INDRE“ reportan, hay entre 13.4 hacia arriba de casos probables, por cada caso confirmado”.

Esta cifra negra de subregistro, que llevaría los casos a 18 mil 867, es el resultado de una investigación epidemiológica que realizó el Observatorio, a través de una encuesta rápida que se aplicó alrededor de 12 mil familias de 40 colonias de la zona metropolitana, con la que se buscaba identificar personas con fiebre, más dos o tres síntomas del dengue. Con la investigación se constató que la enfermedad se ha diseminado por todos los municipios de la zona metropolitana, que resulta ser la más afectada.

“Tenemos las zonas de riesgo, como la colonia Echeverría, la Morelos, El Mirador, Eliodoro Hernández Loza, o sea, todas las zonas tienen el brote prendido, tanto en Tonalá, Tlaquepaque, Guadalajara y Zapopan”.

Che problema

Equivocarse para aprender, reza el dicho. O, en alternativa, aprender de los errores de los demás. A pesar de estas enseñanzas, Jalisco en este año rebasó considerablemente el número de contagios por dengue con que contaba en el mismo periodo de 2008 “en la semana epidemiológica 33, por ejemplo, el año pasado la entidad registró menos de 140 casos, mientras que en 2009 suman más de 750″ y además parece reproducir las políticas que en otros países de América Latina han propiciados graves brotes de esta enfermedad, en lugar de evitarlos.

En este sentido, el ejemplo más significativo lo proporciona Argentina, que en la primera mitad de este año sufrió la peor epidemia de dengue de su historia.

“En la zona norte, o sea, la frontera con Brasil, Paraguay, Bolivia, anteriormente fue zona de dengue, pero nunca había llegado a ser un problema en provincias centrales, como Córdoba, y menos en provincias australes, como puede ser Río Negro, que también tuvieron casos de dengue”, explicó al respecto Mario Mercuri, periodista argentino y actualmente encargado de difusión, de la provincia de Córdoba, donde está diseñando la campaña informativa sobre el dengue.

En el país sudamericano se registraron oficialmente casi ocho mil casos de la enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegyptis, aunque un sindicato de profesionales de la salud aseguró que los contagios reales rondaban los 30 mil. Mercuri refrenda esta hipótesis, ya que explica que “el dengue no fue un problema tradicional en Argentina. Entonces el país no está preparado con una estructura hospitalaria y técnica para determinar bien los casos. Esto hizo que hubiera una cifra negra difícil de determinar, porque muchos casos de dengue se confundieron con cuadros gripales. A otros no se les tomó la muestra de sangre y se remitieron, por lo que de los siete mil casos oficiales, debe haber al menos por cada uno, tres más que no se han confirmados como tales”.

El ocultamiento del problema, refiere Mercuri, se dio en particular en una provincia del norte, en la frontera con Paraguay. “La provincia del Chaco, que fue la puerta de entrada del dengue en Argentina, actuó tarde y actuó mal. Actuó tarde, porque tomó conciencia cuando el caso ya era un brote epidémico grave, y actuó mal, porque lo que hizo fue tratar de ocultar las cifras. Este es el problema: que el dengue se convierta en una cuestión política más que sanitaria, porque evidencia que hubo malas políticas de salud, de prevención y educativas. Evidencia un déficit del Estado”.

En esta provincia, según el periodista argentino, se contagió más del 90 por ciento de la población y llegaron a despedir a médicos que estaban denunciando la gravedad del problema. “La ministra de salud “de la provincia del Chaco“, fisioterapeuta de profesión, era la esposa del gobernador, o sea, que tenía nulos conocimientos. Por una cuestión de nepotismo llegó al cargo y su ineptitud fue la que sirvió de puerta de entrada del dengue a Argentina”.

Cifra negra, ocultamiento de datos, politización del problema y un sistema de salud rebasado por la epidemia, es el panorama de Argentina (¿y de Jalisco?) frente al brote de dengue, como lo describió Mario Mercuri.

Sin embargo, el periodista concluye que Argentina aprendió de sus errores y que ahora el gobierno en sus tres niveles (nacional, provincial y municipal), está llevando a cabo extensas campañas de información y prevención de la enfermedad entre la población en general y en particular con los niños en las escuelas. ¿México y Jalisco habrán aprendido?

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