Latinoamérica queer, Cuerpo y política queer en América Latina
Héctor Domínguez Ruvalcaba*
En Latinoamérica, el movimiento de liberación lésbico-gay surgió en el contexto de la Guerra Fría, lo que significa que sus discursos, características organizativas y estrategias políticas se relacionaban con la lucha política más amplia que caracterizó la esfera pública latinoamericana de los años sesenta a los ochenta. Por ello, el movimiento lésbico-gay latinoamericano, a pesar de su clara relación con el movimiento LGBT en los Estados Unidos, no es necesariamente una continuación de la política de diversidad del país del norte, y se describe mejor en términos de la lógica de las restricciones políticas y culturales que definían el panorama simbólico latinoamericano de la época. [1] El Frente de Liberación Homosexual en Argentina, fundado en 1967, y el Frente de Liberación Homosexual de México, fundado en 1971, iniciaron sus actividades políticas en medio de las tensiones maniqueas de la Guerra Fría. En ambos casos, el discurso incluía un lenguaje revolucionario marxista combinado con principios feministas, así como demandas concretas relacionadas con el abuso de poder y la homofobia social (en particular, las razias policíacas y los asesinatos por odio). Todos estos discursos sirvieron para inscribir su agenda en la lógica de las luchas liberacionistas. Sin embargo, a lo largo de su historia, el movimiento latinoamericano lésbico-gay experimentó una relación incómoda con los partidos y organizaciones de inspiración marxista, a pesar de que las organizaciones LGBT constantemente mantenían posiciones de izquierda: el Partido Revolucionario de los Trabajadores en México ha sido una honrosa excepción en los años ochenta. Con esa tensión, el movimiento lésbico-gay en Latinoamérica ocupa un espacio inestable con respecto a las ideologías libertarias.
No podemos afirmar, sin embargo, que fue en los setenta que apareció por primera vez en la historia de la región una política que abogara por la diversidad sexual. Es importante recordar que el posicionamiento en contra de la homofobia ya estaba implícito en la estética modernista del siglo diecinueve, y había sido un tema explícito de los debates públicos desde la década de 1920 en el México posrevolucionario. La ciudad letrada moderna estableció las bases de la crisis de la cultura heteronormativa y machista, mediante la aplicación de estrategias retóricas seductoras y perturbadoras que visualizaban las diferencias de sexo y género y deconstruían los supuestos patriarcales. En todo caso, desde la década de 1960, las organizaciones de liberación homosexual han ido más allá de la ilustre élite vanguardista, inscribiéndose intermitentemente en la contracultura de la izquierda. Aunque podrían parecer contrastantes, la moderna ciudad letrada de la primera década del siglo XX y los grupos de liberación de los años setenta comparten el hecho de tener una relación contradictoria con las ideologías revolucionarias. Los dos se volvieron agentes de una cuirización [2] de la política revolucionaria con la intención de incluir demandas de liberación sexual entre las agendas libertarias.
La historia de la resistencia antihomofóbica en México se remonta al grupo de artistas y escritores reunidos en torno a la revista Contemporáneos en los años veinte y treinta, y específicamente a cierta poesía de Salvador Novo y Xavier Villaurrutia y la obra pictórica de Abraham Ángel, Agustín Lazo, Roberto Montenegro y Manuel Rodríguez Lozano. Atentos a los trabajos homofílicos —es decir, no homofóbicos— producidos en Europa durante esa era, estos primeros intentos de dignificar la imagen de la homosexualidad y los estilos de vida alternativos nos informan del proceso en el que se desarrollaría la política de género en México al avanzar el siglo. Dado que estas ideas homofílicas provenían de los centros imperialistas (estos autores tradujeron libros de escritores homosexuales franceses como André Gide), estas obras también cargaban con el lastre de ser etiquetadas como colonialistas y reaccionarias, y como amenazas a la identidad nacional. Las sospechas de europeización también aparecen con respecto a algunos de los escritores agrupados en torno a la revista literaria cubana Orígenes (1944–1956), la cual también asumía una postura homofílica. Pero estos intentos previos al movimiento gay se articularon en el contexto de disputas intelectuales y no impregnaron los discursos de los partidos políticos ni se constituyeron en organizaciones como lo que ahora entendemos como movimiento de la diversidad sexual.
NOTAS
[1] Aunque debe observarse que una agenda socialista estuvo presente en el movimiento LGBTI de Estados Unidos en varios puntos, como muestran los trabajos de Susan Stryker (2008) y Sherry Wolf (2009).
[2] Anglicismo que de una manera laxa podría traducirse como «amariconamiento», homosexualización» o «enrarecimiento.
* Héctor Domínguez Ruvalcaba. Académico, investigador, poeta, cronista y narrador mexicano. Doctor en Literatura Latinoamericana por la Universidad de Colorado cu en Boulder. Imparte cátedra en la Universidad de Texas ut en las ramas de género y violencia en la literatura y cultura latinoamericanas. Ha ha coordinado tres volúmenes de libros enfocados en las problemáticas fronterizas entre México y Estados Unidos de América. Su más reciente libro es Latinoamérica queer, Cuerpo y política queer en América Latina, publicado por la editorial Ariel, 2019.
Poemas desde la diversidad
Teoría y práctica de la caza
Luis Armenta Malpica
El cazador persigue un cuerpo ajeno
y en realidad sale a matar su hastío. Esa capacidad de dar vueltas
al ruedo y no encontrar un rastro ni el olor a manada
que refresque sus labios o sus fosas nasales. Toma
desde el silencio que pende sobre el pasto
la huella del último animal que le interesa
la lleva a su nariz y reconoce
en esa bocanada de estiércol y sudor
los leños de la casa. Su familia
compuesta por la madre y el padre
los hermanos y el primo
que vino desde lejos a quedarse con ellos
en el sillón de piel
bajo la cornamenta del bisonte. El primo
genital que se encontró de paso entre sus dedos
al vaciarse de asombro y de ternura. El padre
con la escopeta en alto
quien les decía en voz recia los deberes
viriles. Quien les aleccionó a cargarse y descargar la funda
de su cuerpo mientras volvían del río. Y la madre
de hinojos en el fuego
atizaba las llamas
y muy de vez en cuando las nalgas de aquella
de sus otras hermanas
que faltara a dormir. Y les callaba
el hambre (juntos, bajo la mesa)
a ese primo y a él. Esa sed que no se sabe de agua
pero se siente igual a la sangre en la boca, a algún escupitajo
en los vestuarios de la escuela, al semen más precoz
entre las sábanas. El sudor
es la gota que derrama
el deseo: son el primer apunte
del galgo y la escopeta. Después se ajusta el ojo
la mirada: calcula cuántas veces habrá
de disparar, el rumbo, el recorrido
si el viento es
un obstáculo
para llegar al centro. Esa
capacidad de quedar, por fin, quieto
mientras embiste el toro. Eso parecido al amor
tan sin sentido, algo sin importancia, pero
causa ansiedad, y la ansiedad
deseo. Quizá debiéramos desear con más amor
e imaginarlo, así como una fiesta brava. Instintivo
como regresa el pulso en la agonía. En ese
corazón de la familia se aposenta
la madre: una reina que teje
y que desteje los enormes abrigos
de la espera; una diosa
para los tres hermanos, para
el primo que llega de visita, pero no
así. En su caza
el ideal es un enorme buey que muge
y que jadea, que presume los músculos
debajo del pelambre, cuando orina la estepa
y suda, gime y caga mientras marca el periplo
las lindes familiares, los labios que resoplan
al ajustar la vista, si el búfalo descansa.
En teoría, el cuerpo del cuadrúpedo
debe ser el trofeo. Esa capacidad de moverse
en muy pequeños círculos y no bajar
la guardia.
En la práctica
a solas, ambos, juntos
encima de la cama, ya
sin hambre, el regaño proviene
de aquel sudor perdido entre la hierba
de esa orina que fue lluvia
en el lomo, bajo el vello incipiente
descendiendo en un grito del labio
a la garganta, como si fuera semen
casi donde hubo amor
aunque luego quedara
colgado en la pared
cubriendo algún recuerdo. Esa capacidad
de olvidar el pasado en los tiempos que corren
a la par de los toros.
Lo que le queda al hombre es el estiércol
propio: ese hastío que todavía no alcanza
a infligirle una herida.
Y menos
a matarlo.
Luis Armenta Malpica. Es poeta, ensayista y director de Mantis Editores. Autor de veinticinco poemarios, siendo los más recientes Götterdämmerung. Antologie minime (Écrits des Forges, Quebec, 2015), Greetings to the Family (Vaso Roto, España, 2016), Voința luminii (CronEdit, Rumania, 2017), Chiamatemi Ismaele (Fili d’Aquilone, Italia, 2019) y Enola Gay (Vaso Roto, España, 2019).
Tardes de agua y entrega
Mario Frausto Grande
sólo hay un hombre en esta mesa
y para él son los cubiertos que lavo
con mis manos
cuando forman
un manantial limpio
donde mis aves
se escurren y reposan
pongo los platos
los vasos donde la tarde refleja
sus memorias de hoguera
los manteles con su corazón de mimbre
que esperan el roce de un codo
o el beso de una servilleta
pongo cada parte
como si fuera un cuerpo que trazo
para que tus ojos lo miren
para que recuerdes
que soy un dios diminuto
que crea
con agua y entrega
un mundo de utensilios que ofrezco
al hombre en que mis aves hallan
amaneceres de leche
donde habita la luz y el amor
Mario Frausto Grande (San Luis Potosí, 1991). Radica en Aguascalientes. Licenciado en Letras Hispánicas por la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Poemas suyos han sido publicados en diversas antologías como Las avenidas del cielo. Muestrario poético de Aguascalientes y Guanajuato (UAA, 2018) y la revista Punto en línea de la UNAM, entre otras.
Muchachos que no besan en la boca
Luis Aguilar
son expertos en cualquiercosaª
saben de qué hablan los militares los mecánicos
los panaderos los taxistas
pasan horas acompañando a los mendigos
hablando con los mudos
aunque la gente piensa lo contrario
suelen ser tan felices [tan (tan) felices
—si ven a rabillo de ojo es porque el manual
para despertar interés así sugiere]
van todos los días a los parques
caminan sin prisa el resto de las calles las zonas
por donde nadie pasa
gustan de ver a lo lejos las luces de los apartamentos
y el gruñir de los barcos que a media tarde
violenta la bahía
quieren al mundo entero no discriminan
particularmente se inclinan por los feos
los obesos la mal fingida arrogancia
cualquier extranjería
están bien enterados saben sin falta
lo que acontece en miami italia o venezuela
y tratan de mantenerse al día
sobre las acciones de las marcas
traídas desde el yuma [1]
les gustan los colmillos de lacoste
la violencia neoavantgarde de rabanne
el rugir de un par de pumas
para arañar la casta
también suelen ser cultos
visitan cementerios [las tumbas de famosos
son un tema] tienen un directorio
de anticuarios de la ciudad
y paladares económicos
conocen al dedillo a los libreros
de plaza de armas
visitan monumentos museos galerías
e iglesias [sólo las de valor histórico
para iniciar charlas]
y cuando entran a la habitación
despliegan su ritual de encantamientos para dar paso
a la ternura
de desnudarse como quien hace un cuento
de la santa cuya tumba tiene siempre flores
porque hace procrear a las estériles
no besan en la boca
pero saben su nombre: santa amelia
[y saben que la iglesia no la reconoce]
luego
pero
antes
de despeñar su espuma blanca
gimen como ángeles en pijama
bufan como quien sabe que dios se les parece tanto
NOTAS
[ª] cualquiercosa es eso
: cualquiercosa [no dejan espacio
entrepalabra] no refiere a la especificidad
de oficio o profesión alguna.
: lo saben todo
porque todo ya lo imaginaron.
[1] Yuma es el término con que los cubanos se refieren a cualquier extranjero como sujeto; pero también como referencia geográfica al exterior (“viene del yuma”).
Luis Aguilar es poeta y traductor. Autor de Mantel de tulipanes amarillos, Los ojos ya deshechos, Lateral izquierdo, No quimio, Diario de Yony Paz y Muchachos que no besan en la boca. Ha ganado, entre otros, el Premio Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez; el Nuevo León de Literatura; el Premio Internacional de Poesía Nicolás Guillén, el Premio UANL a las Artes y el Premio Internacional de Poesía Gilberto Owen.
Chacal
Ángel Gerardo Hernández
Con el calor a cuestas
a pesar de lo frondosa que puede llegar
a ser la presión atmosférica en estos días
en tugurios como éste
el deseo se le cuela al onvre
hasta por el orificio del glande.
Y tal como las bestias aquellas
que perecieron en la gigantomaquia
repta el instinto por las paredes de la herida
que se atreven a llamar buena moral.
Una caguama después
o quizás dos y
si la friega ‘stuvo juerte
habrán de ser tres;
nuestro sujeto en cuestión
podría deshacerse
en los brazos de la potranca de hierro
que logró rescatarlo
en medio de la tormenta
con la punta del estilete.
Puéque sea el ruido
la luz
el trance
lo que inunda los ojos de la feliz pareja
o puéque
aun y con el alma liberada
la culpa incline la balanza:
sobre la piel
impera la ceniza.
Es una mujer bonita
simón
nadie lo niega
así como tampoco puede negarse la cinta
transparentándosele bajo la media doble recién sacada del Nuevo Mundo de Padre Mier
o la barba consecuente de ser muyerts
pero no biológica.
la culpa condensada sobre la espalda
es más de lo que un onvre puede soportar
antes de sumergirse en la piel-sequía del deseo marchito
decía mi amá:
La carne
por inercia
es débil
un filamento de barro que se arraiga
como el hongo a la uña
como la peluca de aquella con la que baila de cartoncito.
Flor de capomo
sobre el oro que puede ofrecerle
una cartera recién abastecida
unos cuantos morlacos y las fotos familiares sepultadas
violenta la hiedra crece como el deseo de una ternura sin tiempo
un beso
una caricia
el cat eye corriéndose
porque la niña no se había bajado del uber
cuando su madre le consiguió marido nocturno
Chaparra de mi amor
[chaparra de mi amor]
glaciar
canícula nocturna
jornada insomne al medio día
bestia niña
ninfa de sal
Hay quienes dicen:
ya no queda tiempo para la ternura
no me hagas sufrir ya tanto
Ángel Gerardo Hernández Candelaria (Monterreyna, 1997). Es estudiante de la licenciatura de Letras Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Obtuvo el 3er lugar del certamen de literatura Joven Universitaria en la edición del 2018 y la mención honorífica en la edición del 2019. Norteñx por condición y barrocx por convicción, sigue creyendo que puede ser la siguiente chica Almodóvar.